miércoles, 22 de abril de 2015

Notas Parcial

Zabala 10
Cardielo 6
Caballero 4
Ambrogio 7
Depetris 6
Panero 7
Chiavasa 9
Becerra 5
Yocco 8
Balari 8
Cuadrado 10
Aranda 6
Merlo 5
Benedicto 8
Hernandez 6
Dubois 6
Chavez 6
Magnano 10
Perez Guelin 6
Welstein 10
Serena 6
Luna 6
Paez 5
Balcedo 7
Lhande 10
Acosta 3
Moro 8
Mancini 6
Sanchez 5
Luciani 5
Arsaut 4
Ortiz Garcia 5
Marquez 7
Belardita 8.5
Argarate 10
Bollo 7
Marengo 7
Medrano 6
Bergameschino 7
Cuesta 8
Calandri 7
Achaval 9
Alaniz 7
Strumia 10
Bruno 7
Zuchetti 7
Ponce 6
Mir 2
Pagliarone 2




viernes, 17 de abril de 2015

La libertad de los modernos

Hola, va el texto de Taylor
La libertad de los modernos

Texto Pires

Algunas cuestiones epistemológicas e una metodología general para las ciencias sociales

 

 

Introducción

Las ciencias de la naturaleza y las ciencias sociales atraviesan un periodo de transición mayor donde la concepción clásica de la ciencia dominante después de muchos siglos es puesta en cuestión y da  lugar a  esfuerzos renovados de desdogmatización (Santos, 1989 : 17-32)
Las revisiones críticas de hacen en muchos dominios y pueden ser entendidas en varias direcciones. Es aún difícil escribir sobre metodología teniendo en cuenta estos debates.
Por ejemplo, en el plano epistemológico, ciertos filósofos reconocidos cuestionan el interés mismo de atribuir a la ciencia el objetivo de descubrir la verdad sobre el mundo empírico. Según otro punto de vista, se debería asimismo abandonar el debate orientado a determinar si nuestra manera de pensar “entra o no en contacto ”  con la realidad objetiva. En otras palabras se sostiene que la ciencia no debería confrontar el mundo con el conocimiento que tenemos de él: la ciencia debería mas bien preguntarse si la imagen que nosotros tenemos del mundo es útil para hacer frente  al medio ambiente pero de una manera que nos permita ganar también en comprensión intersubjetiva, en creatividad, en solidaridad y en capacidad de escucha a los derechos de todos aquellos que sufren. Se sostiene que el « deseo de objetividad » debe dar paso al « deseo de solidaridad » [1].
En el momento del nacimiento de las ciencias sociales en el siglo XIX, una de las principales preocupaciones era neutralizar los posibles intereses políticos y éticos del investigador para acceder a la objetividad Se retomaba así un objetivo establecido por las ciencias naturales. En la actualidad, son las mismas ciencias naturales las que  parecen decirnos que lo más importante no es lograr  un conocimiento neutral de la realidad objetiva, sino, por el contrario,  producir conocimiento, sin duda útil, pero guiado explícitamente por un proyecto ético tendiente a la solidaridad, la armonía y la creatividad. El  "sesgo"  era un problema, ahora, es la condición de estar siempre bien  orientado éticamente  lo que importa a la ciencia.
Otro ejemplo. Desde un punto de vista metodológico, se desafía  la razón de ser de la metodología en  las ciencias naturales. De manera muy provocativa , Feyerabend (1975: 332) sostiene que "la idea de que la ciencia puede y debe organizarse de acuerdo a reglas fijas y universales es a la vez utópica  y perniciosa". Es especialmente perniciosa porque intenta imponer reglas a costa de nuestra humanidad lo que "hace que nuestra ciencia sea menos fácilmente adaptable y más dogmática" (ibid.). Por último, dice, "todas las metodologías tienen sus limitaciones y la única" regla "que sobrevive es:". Todo vale ">> (Ibid. 333).
Este cambio produce una problemática interesante. Si bien es clara  la necesidad de desdogmatizar la metodología  y fomentar la creatividad, es poco probable que la tesis de " todo vale " , tomada literalmente sea fecunda  para la práctica de la investigación. No hay duda de que si tal tesis fuera demostrada, sería un golpe mortal a cualquier libro o curso sobre metodología. Pero más fundamentalmente, la pregunta es si un relativismo epistémico  radical es un objetivo deseable, o si , por el contrario , debemos buscar una nueva forma de " normatividad epistemológica" general susceptible de tener en cuenta a la vez  las virtudes del relativismo y la heterogeneidad y la complejidad del mundo social ( Houle y Ramognino 1993 : 6 ). Utilizando  la distinción de Houle y Ramognino , podemos decir que para evadir las reglas de construcción técnica de datos y al mismo tiempo construir bien el objeto de investigación  sigue siendo bueno tener en cuenta la experiencia. La libertad creativa en lo que respecta a las reglas de método no se obtiene anárquicamente: está dada por la misma práctica de la investigación .
Del mismo modo , parece claro que hay que repensar el papel positivo de la ética, ver el sesgo  en la  producción misma  de conocimiento científico y  que el simple deseo de objetividad es largamente problemático, sobre todo, cuando esta búsqueda de objetividad está diseñada para ser  "neutral con respecto a los valores " (value freedom). En contraposición, no está tan claro que las ciencias sociales -  dado el tipo de descubrimientos que hacen – puedan pasarse tranquilamente sin una búsqueda de la verdad sobre el mundo empírico. De hecho, a lo largo de su historia, ellas han  constatado por ellas mismas que la cuestión del sesgo , la solidaridad y el humanismo es muy compleja. Ahora tenemos una multitud de ejemplos en los que la toma de partido explícita ha contribuido a una mayor objetividad en las ciencias sociales. Experimentamos  « sesgos » que tiende  no sólo a la objetividad  sino también a una mayor solidaridad . En relación con el deseo de solidaridad y el humanismo, la pregunta también es compleja ( Foucault, 1984 ) . Podemos hablar de humanismo y solidaridad desde el punto de vista de un grupo  para exigir transformaciones   interesantes para todo el mundo pero también para justificar la guerra, la pena de muerte o medidas de represivas contra los más vulnerables. Las propias instituciones sociales  nos quieren hacer creer que  trabajan de manera razonable y  que no se puede prescindir de ellas en su forma actual. Desde este punto de vista , reemplazar simplemente  el "deseo de objetividad " por " deseo de solidaridad " en términos de conocimiento científico en las ciencias sociales no es muy tranquilizador. Si las ciencias sociales no pueden prescindir de una reflexión ética , tampoco pueden  olvidar la búsqueda de la verdad o de lo  que realmente sucede ( Boudon , 1986 )
Por último, en este período de transición , donde estamos repensando nuestras posiciones y nuestro lenguaje conceptual , surgen dos problemas . El primero es la dificultad inherente de la comunicación en la redefinición de conceptos cuya acepción  es  muy amplia pero inapropiada . El segundo es el riesgo de incoherencia , ya que es virtualmente imposible  cambiar , de repente, nuestra manera de pensar la metodología . En estas condiciones, tenemos que asumir el riesgo de exponer las ideas « hacia » la consistencia, aunque ésta no sea absoluta. Un trabajo colectivo destaca estas  dificultades a causa de la variedad de posiciones y áreas de especialización, así como el progreso de cada miembro del equipo. Como dijo Walt Whitman frente  al riesgo de contradicciones : "¿Me contradigo? Bueno, me contradigo ! "(Citado en Eco , 1985 13 . ) Esta broma puede servir como advertencia aquí: el lector debe esperar encontrar contradicciones. Estos son  nuevos problemas para resolver.
Mi propósito en este artículo es doble. Por un lado, quiero poner en perspectiva algunas cuestiones y debates metodológicos en las ciencias sociales con el fin de contribuir a su aclaración. Los puntos seleccionados se refieren  a los criterios de cientificidad, el concepto de objetividad y la construcción del objeto, así como la relación entre la ciencia , el sentido común , la ética y la acción. La investigación cualitativa se vincula a pleno con esos  debates. La aclaración de determinados aspectos de estos debates también me permite señalar cómo la investigación cualitativa se  puede caracterizar hoy. Por otro lado, estoy de parte de aquellos que creen que es posible y necesario contar con una  metodología general para  las ciencias sociales, que no sea ni  dogmática ni reduccionista (a favor de lo cuantitativo o cualitativo ), ni totalmente relativista. También creo , como Houle y Ramognino ( 1993 : 5-6 ), que al menos en el plano  epistemológico y metodológico  es posible  buscar y acercarse a una cierta  " normatividad ",  una cierta  "acumulación de conocimiento » como así también retomar  ciertos aspectos de sentido común, en definitiva,  crear un nuevo espacio para el pensamiento  teórico- empírico. Para situar mejor estas cuestiones, voy a recordar brevemente algunas de las principales características de la evolución epistemológica e institucional[2] de las ciencias sociales.

El desarrollo de las ciencias sociales

Las ciencias sociales son un producto del mundo moderno y su desarrollo es parte de un proceso evolutivo de la especialización y autonomización del conocimiento occidental. Por lo tanto , " sus raíces se hunden en la tentativa, plenamente afirmada  desde el siglo XVI [ ... ] de desarrollar un conocimiento sistemático secular  de la realidad , de alguna manera empíricamente válido  " ( Gulb com, 1996 . : 8 ) . Este proyecto tomó el nombre sciencia (del latin « saber »  ibid . ] y comenzó a constituirse como tal a partir del  siglo XVI con la introducción de una primera distinción  entre el dominio de la « ciencia »  y el de otros saberes. Parece que las ciencias sociales emergen lentamente bajo la forma de la economía política. Sin embargo, al principio, esa ciencia se asimilaba a las ciencias naturales y el dominio de los otros saberes quedaba vago, de modo que ni siquiera había acuerdo sobre sus nombres. Se los designaba como " filosofía ", " artes" , "humanidades" , "literatura", "bellas letras" , etc . ( Ibíd. : 12 ) . CP Snow más tarde llamó a estos dos sistemas de pensamiento "las dos culturas" (ibíd. : 8-9) .
Nótese en primer lugar que esta primera distinción que divide ciencia y no ciencia , hace ver al conocimiento científico como un sistema independiente . Como tal, se quiso  " desarrollar " el "conocimiento de la" realidad objetiva "sobre la base de los hallazgos empíricos (por oposición a la" especulación " )" ( Gulb informe, 1996 . 19 ), frente a cualquier  conocimiento a priori o preconceptos en general. En segundo lugar, apuntemos que esta distinción no tenía  al principio, una connotación peyorativa o jerárquica . Había dos ámbitos  afines, separados pero iguales ( Ibíd. : 11 ) . Por último, recordemos que las ciencias naturales establecieron el tono para el campo de la ciencia   en virtud de las primeras imágenes forjadas de sí mismas y del mundo. El éxito de esta empresa valdrá  a las ciencias naturales,  tal como fueron percibidas  en ese momento, el título de    modelo ideal de la ciencia.

Las ciencias sociales nacieron  a raíz de una segunda distinción. Aparecen más dubitativamente, especialmente dentro de esta área llamada "filosofía " o "letras" . Todo sucede como si tratáramos de crear un nuevo espacio entre "ciencias (naturales )" y la  " filosofía " o como un intento para nombrar y para hacer avanzar de forma explícita las ciencias sociales en el interior del dominio de la ciencia. Este nuevo conocimiento social a su vez, trata de distinguir el conocimiento filosófico y religioso. El siglo XVIII es,  en este sentido un período de transición relativamente importante  donde se asiste , sin duda, a la aparición de un conocimiento de lo  social asociado con una exigencia metodológica que requiere que la información presentada sea susceptibles de ser verificada, refutada o discutida en comparación con el mundo empírico, incluso si no hay un verdadero « cuerpo » de conocimiento de lo social Al final de este proceso, las ciencias sociales surgen en el siglo XIX, pero su reconocimiento es ambiguo.  No podemos decir con certeza si pertenecen al mundo de las ciencias naturales o si deben ser vistas como una especie de " tercera cultura" entre la ciencia (la naturaleza) y la literatura, según la expresión ulterior de Wolf Lepenies ( Gulb comercial, 1996 . 19 ) . De todos modos, la línea demarcatoria entre las ciencias sociales y las humanidades  se resuelve  mediante la adopción de un proyecto de ciencia similar "a desarrollar un conocimiento sistemático de la realidad secular, empíricamente válido de alguna manera " ( ibid. : 8 , 94-95 )  (esto es el de las ciencias naturales) . En palabras de la Comisión Gulbenkian ( ibid. : 17 ) , podemos decir que las ciencias ( naturales y sociales) se afirmaron " como el descubrimiento de la realidad objetiva " a través de la utilización de métodos que ayudan al investigador a salir de su propia mente. El investigador en ciencias sociales debe poder distinguirse de los pensadores que se limitan a sus propias reflexiones. En esta representación del conocimiento, la filosofía está ligada de manera de manera parasitaria  a la ciencia, y los  filósofos  se transformaron, de acuerdo a una fórmula famosa en " especialistas en generalidades " ( ibíd. 17 )
En este proceso global, la historia acompaña a las ciencias sociales, introduciendo a su vez una distinción entre la « historia » en tanto gestchitche « lo que realmente llega » y las hagiografías, ficciones, historias exageradas, etc. (com. Gulb., 1996 : 15). Asimismo como lo subraya el informe de la comisión Gulbenkian « […] el historiador, como el científico, no estaba buscando sus datos en los escritos anteriores (la biblioteca, lugar de lectura) o en sus propios caminos intelectuales (el estudio, lugar de reflexión) sino más bien allá donde los datos objetivos externos pudiesen ser reflejados, acumulados, controlados y manipulados (el laboratorio y el archivo eran el  lugar de la investigación )”  (ibid :21).
Una vez que se han separado las ciencias sociales, y se han centrado en las representaciones y prácticas de las organizaciones a diferencia de la  filosofía y la literatura, se llevó a cabo un debate interno sobre la manera objetiva (o verdadera) de adquirir conocimientos del mundo social. El requisito metodológico de someter ese saber a verificaciones y refutaciones, el objetivo de "aprehender la verdad " , "y no inventar o intuir " ( Gulb comercial, 1996 . 19 ), orientó  a las ciencias sociales a buscar alguna validez empírica de los conocimientos producidos . Este es el gran punto en común con las ciencias naturales al que adhirieron también  los científicos sociales . La idea de que era necesario eliminar la intrusión del  sesgo en la recolección  e interpretación de datos, (por lo menos un cierto tipo de sesgo),  recoge un amplio consenso. Sin embargo, dentro de las ciencias sociales, la forma de la validez empírica y los medios para lograr esto han sido el tema de discusión y disenso.. Los debates han girado en dos planos: epistemológico y metodológico.
En el plano epistemológico la discusión se ha centrado sobre las estrategias de conocimiento que conviene adoptar. El tema central aquí concierne a la posición, el punto de vista o aun la actitud que el investigador debe privilegiar para producir un conocimiento « objetivo » o « verdadero ». En principio, tres grandes opciones o modelos han sido defendidos con variantes internas más o menos marcadas: la mirada desde el exterior, la mirada desde el interior y la mirada desde abajo. Volveremos sobre ello.
En el plano metodológico el debate ha girado sobre la naturaleza de los datos. Dos grandes visiones de las ciencias sociales se han vinculado con las estrategias epistemológicas precedentes en la búsqueda de objetividad. La primera se apoya sobre el modelo de las ciencias naturales e insiste entre otras cosas en el primado de las cifras y sobre la unidad de una forma de tratamiento de los datos: la cuantitativa.

Algunos de los que ven en  la " matematización " de las ciencias naturales  la razón del éxito o el camino soñado para llegar a las  verdades universales inmutables, sostuvieron  que sólo el conocimiento matemático era el apropiado para transformar en científico  el conocimiento de lo social .Todo aquello que no  se preste a un tratamiento matemático debe ser abandonado por el conocimiento científico. Tres grandes objetivos emergen de aquí: el de predicción, el de regularidad y el de precisión concebido este último  bajo un ángulo estrictamente  cuantitativo ( Gulb com, 1996 56 . ) . Es que a principios del siglo XIX , antes incluso, la constitución de las disciplinas de las ciencias sociales en la forma que ellas tomaron entre 1850 y 1945, el término "ciencia" ya había adquirido una connotación jerárquica (saber verdadero por oposición a saber imaginado, el sentido común , etc ) y se había consagrado  lingüísticamente la supremacía  de las ciencias naturales ( ibid. : . 11 ​​) . Como el lenguaje matemático se asoció estrechamente con ellas, su adopción parecía ser una condición sine qua non del enfoque científico.
La segunda visión se liga a dar una mayor importancia a los datos cualitativos y a la  investigación histórica para reducir el sesgo introducido por el analista. Los mejores datos fueron definidos como "datos primarios" , es decir, los de  primera mano, aquellos menos alterados, los que han pasado por la menor cantidad de mediadores posible (investigadores o compiladores anteriores), o datos que no requieren la presencia del  investigador . En esta perspectiva , se consideró que los documentos espontáneos tales como cartas y diarios íntimos, escritos sin la intervención de un investigador como " el tipo perfecto de material sociológico" y como fuente de datos - el "enfoque más preciso”. Entre otros lo plantearon  Thomas y Znaniecki (1918-1920: 1833 ).  La observación participante, sobre todo cuando la presencia del investigador era apenas perceptible  fue también una técnica de elección. Con ella,  el investigador es capaz de observar la vida social en su curso natural, antes de  cualquier pre - construcción teórica del fenómeno en estudio . La entrevista formal, en cambio,  parecía menos confiable ( especialmente si ella era la única técnica adoptada) , precisamente por la mayor participación del investigador. En pocas palabras, se preferían ciertas formas de recolección de datos cualitatives con probabilidades de mayor precisión. El historiador también va a recurrir hacia  las fuentes del pasado a través  de documentos de  época.
En general, la investigación cualitativa se consideró preferible a la práctica que consistía en encerrarse en su gabinete y dedicarse a las especulaciones y a las  generalizaciones a partir de su propio modelo, "que se veía como el fruto de su propios prejuicios " ( Gulb coml, 1996 . 95 ) . Esta primariedad de los documentos  era una de las razones para privilegiar las "cartas”, la otra era  el énfasis acordado a  la intencionalidad de los sujetos. Metodológicamente el  concepto de precisión aquí tomó otra acepción. De hecho , Cooley (1928 : 248-249 ) distinguía  «precisión numérica " , que no se refiere necesariamente a la verdad sobre el hecho ,de la "precisión  descriptiva ", que puede  ser obtenido por el uso hábil  de la lengua o por otros medios , como la fotografía , etc . Estas dos formas de precisión empírica se encuentran, decía el autor, en las ciencias naturales: la primera expresada por la figura del naturalista que mata a sus aves para medirlas  mejor, la segunda por el naturalista que se encuentra ante un árbol con su cámara y observa el comportamiento de las aves . Según Cooley , es importante elegir el tipo de precisión que encaja  bien con lo que queremos observar, algunas observaciones serán cuantitativas ( para ser precisos) y otras cualitativas ( para ser también  precisos ) . Habría entonces  diferentes tipos de medidas ( Houle , 1982 ) .
Es sobre todo a raíz de estas dos visiones sobre la naturaleza de los datos que  algunos investigadores han planteado la oposición entre lo  cualitativo y cuantitativo, o bien, en la bella expresión de Houle (1982), "las letras y números ". Pero esta oposición parece más ideológica y política (es decir, ligada a las luchas institucionales de recursos y prestigio) que metodológica porque no hay oposición real entre la naturaleza de los datos y la ambición de descubrir la verdad y obtener un conocimiento sistemático de la realidad a través de la investigación empírica.

El enigma y la paradoja de los “descubrimientos” en ciencias sociales

A pesar del prodigioso desarrollo de las ciencias sociales, debemos tomar nota del hecho de que los descubrimientos científicos realizados en este campo son - y siempre lo serán - difíciles de ver y de hacerlos ver. El lector un poco familiarizado con la filosofía de la ciencia debe haber tomado nota  de que estas obras se dirigen  generalmente a remarcar  los descubrimientos  de las ciencias naturales y el notable progreso del conocimiento, a pesar de todos los cuestionamientos  epistemológicos que les han sido hechos.  En cuanto a las ciencias sociales,  parecen realizar el ejercicio inverso, ellas sirven (aún)  para ilustrar teorías imposibles  de falsar , lagunas en la conceptualización o uso insuficiente de las matemáticas ( sólo ellas  capaces, según algunos , de hacerlas  científicas). Si esta imagen no está demasiado deformada, podemos hacer las siguientes preguntas: ¿Existe  progreso del conocimiento en las ciencias sociales? ¿Hacen ellas  descubrimientos importantes sobre la realidad empírica? Si es así, estos descubrimientos  ¿son comparables a los que hacen  las ciencias naturales?
Granger ( 1993 ) , en un pequeño libro  muy estimulante, ilustra este problema. Desde el principio, informa  de una serie de descubrimientos o "hechos muy significativos" que marcan la historia de la ciencia en general, pero tiene  grandes dificultades para representar adecuadamente a las ciencias sociales  en su reseña . Llega a la conclusión de que esta dificultad  muestra la existencia de una asimetría entre las ciencias llamadas  exactas, porque, en su opinión, ningún observador honesto sería capaz de nombrar de manera segura durante el periodo ( la segunda mitad del siglo XX) , "un descubrimiento o una formulación teórica nueva concerniente a los hechos humanos que se pueda mostrarse en pie de igualdad con respecto a los identificados  las ciencias naturales o matemáticas " ( ibid. : 12 ) . Entre los hechos  reseñados,   indudablemente importantes , se encuentra la producción  de energía utilizable por la fusión nuclear , el alunizaje  de los astronautas estadounidenses , la invención del transistor, el descubrimiento de la estructura de doble hélice del ADN ,  el diseño conceptual, las distribuciones que generalizan y en cierto sentido unifican los conceptos de función y medida , etc . ( Ibíd. : 10-11).
¿Cómo debemos ver entonces los resultados de las ciencias sociales? Y ¿se puede poner en paralelo, sin ningún matiz, estos dos mundos de descubrimientos? Para entender mejor este problema, permítanme comenzar por señalar, en desorden y sin mayor detalle  algunos descubrimientos en disciplinas de las ciencias sociales durante el mismo período (después de los años 60) :

- Descubrimiento de los prejuicios de género en las teorías científicas y en las relaciones de género, seguido de la invención de los conceptos del patriarcado, la sociedad andrógina y una serie de otros conceptos relacionados con este problema ;

- Despliegue de una notable  investigación sobre el etnocentrismo y los grupos minoritarios , seguido por la creación de un número considerable de nuevos objetos de investigación sobre las prácticas y mecanismos sociales y jurídicos de discriminación social en contra de  grupos de menos  poder  y menos visible (jóvenes de medios desfavorecidos, enfermos mentales , prisioneros , personas con discapacidad, desempleados , etc.)

- ( Re) descubrimiento del  uso científico del lenguaje ordinario en el contexto de la investigación cualitativa , seguido de un avance conceptual y metodológico del mismo y una importante transformación de la relación entre los métodos cuantitativo y cualitativo ;
- El cambio notable en la concepción del objeto de varias (sub) disciplinas o actividades especiales de conocimiento  (sociología de las relaciones étnicas , la familia , el derecho, criminología, etc . ) .
El valor de estos resultados parece innegable, y no veo por qué no se puede realizar una  comparación con las ciencias naturales. Por ejemplo, el descubrimiento de las relaciones de género, incluyendo el conocimiento científico (las  ciencias sociales y las ciencias de la vida ) , tuvo un gran impacto, tanto en las representaciones como en  las prácticas sociales  en varios países . Y este descubrimiento está lejos de haber terminado sus efectos. Podemos decir lo mismo de los estudios sobre la cuestión racial. En cuanto a la metodología , el ( re) descubrimiento de   la investigación cualitativa también ha tenido una incidencia importante en el progreso de los conocimientos científicos (sobre todo en los estudios sobre las  categorías sociales de menos poder ) . ¿Pero cuáles son las características más destacadas de estos descubrimientos (y otros similares) ?

Primera nota:  Bourdieu( 1982 : 30) afirma  que " gran parte de lo que el sociólogo trabaja para  descubrir no se oculta en el mismo sentido que los objetos de  las ciencias naturales " . En las ciencias sociales, a menudo descubrimos lo que se convirtió en invisible por el exceso de visibilidad. De hecho, muchas de las relaciones que el investigador " destapa no son invisibles, o sólo lo son en el sentido de que " se nublan la vista ' " ( ibid.) . Bourdieu se refiere a un seminario de Lacan ( 1961 ) donde se hace referencia a un cuento de Edgar Allan Poe, “La carta robada” . El enigma que  Dupin  el personaje de Poe debe resolver es el siguiente : el prefecto de policía de París está tratando de recuperar una carta comprometedora  que había sido robado de las habitaciones reales . La policía sabía que el individuo, un ministro, que la  había robado aún la tenía  en su poder. Sin embargo, a pesar de que la policía había llevado a cabo una búsqueda discreta pero sólida en la residencia del ministro, escudriñando cada rincón donde se podía esconder un papel, la carta no fue hallada. Nos enteramos al final, gracias a Dupin , quien descubrió la carta, que no había sido hallada porque el misterio era demasiado claro, demasiado obvio. No fue encontrada porque estaba en las mismas narices del mundo entero, en un porta-cartas ordinario. Sucia, arrugada y rota casi en dos, no fue observada por la policía que investiga de acuerdo con sus métodos tradicionales. Del mismo modo, dirá  Dupin, que los signos y los grandes carteles escapan al observador por el hecho mismo de su excesiva evidencia, la carta puesta  bajo la mirada de todos no puede  ser descubierta por los métodos investigación para  objetos ocultos. Las ciencias sociales a menudo hacen descubrimientos de este tipo: descubren hechos que están a la vista de todo el mundo  de tal manera que  los convierten en una revelación.
La segunda característica de este tipo de descubrimiento de las ciencias sociales es que ellos son paradójicamente, al menos en parte, indeseables o impopulares. Aun nos maravillamos con los descubrimientos de Dupin, pero los de la ciencia tienen un costado traumático y controversial. Es lo que explica Bourdieu, “el trabajo necesario para producir la verdad y por hacerla reconocer una vez producida, se enfrenta con mecanismos de defensa colectivos que tienden a asegurar una verdadera denegación, en el sentido de Freud” (Bourdieu, 1982:30) quien acota también “el conocimiento de sí es como lo quería Kant ún descenso a los infiernos ´” (ib. 31)
Otra peculiaridad es que estos hallazgos es que  pueden ser pasados ​​por alto por el peso de los problemas que plantean. Una de las tareas de las ciencias sociales es entonces  mantener visible lo que  tiende a ser invisible o hacer visible de nuevo lo que ya ha sido descubierto , pero perdimos de vista , en definitiva, evitar que sea recubierto lo  que ha sido   descubierto o descubrir otra vez o de otra manera la misma cosa.. De donde  emerge una relación particular con la historia, incluyendo la historia del conocimiento: debemos retroceder para volver a descubrir lo que se ha cubierto para  echar   luz sobre las rendijas  de un problema actual de orden social o cultural. Algunos descubrimientos son recurrentes y pueden formularse de diversas maneras, lo que afecta , en su caso, sobre el reconocimiento de la novedad y el alcance del descubrimiento.

En última instancia, estos hallazgos de la ciencia social pueden tomar la apariencia de un descubrimiento ordinario, trivial, o simplemente imposible de colocar con precisión en el tiempo. El descubrimiento del sexismo en los años 70, por ejemplo, ahora parece caer de maduro  y  no se ve más como un "descubrimiento", sino como un discurso sobre un  registro ya dicho. Los resultados son entonces aparentemente no  originales en su expresión más simple.

Por otra parte, el descubrimiento raramente depende de la labor de un solo equipo bien definido, encerrado en un laboratorio se trata , tanto en lo que se refiere al propio descubrimiento como a su reconocimiento, de una tarea cuyo éxito depende de las relaciones sociales y de la acción de una comunidad más amplia. En las ciencias sociales, algunos hallazgos significativos se deben, al menos en parte, a la acción creadora de los movimientos sociales que no tienen nada - o muy poco - que ver con la investigación. Por lo tanto, el  mérito" del descubrimiento no depende del trabajo exclusivo de un  investigador: el descubrimiento es, por así decirlo , “contaminado”  por el sentido común , es secularizado y desencantado .

Por último, la eficacia de los descubrimientos sociales a menudo depende de una voluntad política colectiva de otro orden. No producen "frutos"  tangibles,  resultados que serían fácilmente percibidos como un progreso irreversible similar al progreso técnico. La aplicación de estos descubrimientos científicos se enfrenta a una serie de obstáculos y resistencias.
Claramente, hay una especie de imposibilidad de  comparar los resultados de las dos esferas - ciencias naturales y sociales - a la luz de criterios neutrales  es decir, que no favorezcan  desde el inicio a una de ambas de estas esferas. Pero sobre todo, vemos que la ciencia social no puede satisfacer a los métodos científicos habituales para descubrir lo que se esconde en el sentido casi físico del término sino también darse los medios  para descubrir lo que salta a la ojos. De ahí la importancia, entre otras cosas , de  contar con técnicas tanto  cualitativas como  cuantitativas . La ciencia ( en su unidad ) es probable que "descubra" lo que no se ve, pero "lo que no se ve" se refiere tanto al fenómeno oculto o desconocido en el sentido de ausencia  y también a los fenómenos demasiado presentes.

Por una metodología general de las ciencias sociales

Me parece importante en este período de la reconstrucción de nuestra imagen de la ciencia,  reafirmar la relevancia de una metodología general para las ciencias sociales.
Primero se debe señalar  la existencia de dos visiones sobre metodología. La primera visión es la de la confianza y la promesa que toman  lugar y  cuerpo en un paradigma estricto y cerrado. En esta visión, el investigador tiene confianza  en una sola epistemología, un solo tipo de datos y un único protocolo de tratamiento de los mismos, creyendo en su capacidad de dar cuenta adecuadamente de todos los objetos de su disciplina, o al menos de todos los aspectos relevantes de los objetos pertinentes desde la perspectiva  de su disciplina. Lo que no puede ser abordado por su epistemología o por su  tratamiento de datos no amerita el status  de pertinente o de investigación ”verdaderamente científica” . Aquí, todos los objetos deben ser explorados  de la misma manera, ya que son la epistemología y el protocolo los  importantes para el investigador : su posición expresa la única perspectiva admisible desde un punto de vista científico. Por lo tanto, el proceso de inteligibilidad  que controla necesariamente nuestro modo de  reconstruir la realidad debe ser siempre el mismo, independientemente de la naturaleza de los objetos o de los problemas que hay que resolver concernientes a estos objetos o prácticas sociales a los  que están ligados. Parafraseando a  Cardoso ( 1971 : 4 ), yo diría que, en esta visión de las cosas, la "realidad empírica " importa poco o importa menos  que las preferencias epistemológicas y metodológicas del  investigador, porque ellas son desde el comienzo  sobrevaloradas. Esta sobrevaloración es una de las causas del dogmatismo.
La segunda visión se basa en el reconocimiento del fracaso de la primera. De ahí la analogía con la quiebra comercial  y el acuerdo a través del cual los acreedores de la quiebra  resignan  una porción de su deuda por la oportunidad de recibir el resto. El investigador aquí tiene  el papel de  acreedor en relación a su propia epistemología y a su  confianza en un solo protocolo de tratamiento de datos. Él no  espera  que se le reembolse la deuda completa. Reconoce que  su epistemología y modo de abordar los  datos  se encuentran al borde de la quiebra, porque hay otros aspectos relevantes de los objetos que son mejores - o suficientemente bien  - servidos por otras formas de hacer ciencia. La parte perdida es la parte que se enfoca desde  otras epistemologías y otras modalidades de poner en obra esa epistemología. Esta visión " concordataria” abre el camino para la búsqueda de una concepción general de la metodología de  las ciencias sociales, ahora con el apoyo de un gran número de especialistas   que no adoptan todos  las mismas posiciones teóricas. Por tanto, no hay nada original en lo que presento a continuación, excepto tal vez la forma de combinar lo que ya he esbozado  en otros trabajos.

Por supuesto, una metodología general no implica que "todo vale": cualquier metodología tiene sus propios requisitos normativos, aunque se caracterice por una apertura  a la  revisión. Esta normatividad se manifiesta tanto  en la negativa de algunas tesis sobre la naturaleza de la ciencia como  en la afirmación provisoria  y precaria de la verdad - en-tren-de-hacerse ( Canguilhem , 1988: 45 ) . Dicho esto, veamos brevemente algunos puntos de partida, las actitudes mentales o axiomas de esta concepción  general que aquí se propone.

En primer lugar, se reconoce desde el principio la dificultad y la complejidad de los problemas relevantes para establecer criterios de cientificidad. Por ejemplo Canguillhem (1988) ha mostrado , basándose en la historia de las ciencias naturales que siempre opera  un proceso de revisión gradual de criterios científicos y que sólo en retrospectiva  podemos ver  de que algunos de estos criterios, previamente considerados como determinantes son , de hecho, sobre todo ideológicos. Por ejemplo, los científicos estaban convencidos de que el lenguaje - matemático era un criterio esencial de cientificidad y que  sólo él es capaz de proporcionar  "pruebas definitivas" sobre el mundo empírico. Ahora podemos ver ahora que ese no es el caso. Para otra  creencia opuesta que se expresa con menos frecuencia, pero también es errónea los datos cualitativos de las ciencias sociales juegan este papel clave. Al seguir aunque sea un poco la evolución de estos procesos de rectificación  del pensamiento científico en el tiempo o a través  todas las disciplinas, se está dispuesto a cambiar las actitudes frente a la complejidad del fenómeno y a adoptar un espíritu de apertura. Porque se ven nacer, al interior mismo de la ciencia, las formas de racionalización puestas previamente  por los científicos para justificar sus propias sus propias decisiones de investigación ( Canguilhem , 1988: 43-44 ) . Este entrelazamiento  de la  ideología científica con la práctica de investigación nos impide estar absolutamente seguros de los rasgos demarcatorios  de la ciencia y distinguir lo que es categóricamente falsa conciencia de la verdad. El metodólogo debe exponer su obra, un poco como el historiador de la ciencia ( ibid.: 45 )  según dos registros : el de la verdad-en-tren-de-hacerse y el de la  falsa conciencia . Si no es así presentado, el discurso metodológico se arriesga al  ser  él mismo un reservorio de estas ideologías, cerrado al proceso de depuración, y de vehiculizar continuamente una falsa representación de la ciencia. Además, la ausencia de una autocrítica  socavaría la aclaración de dudas susceptibles de aparecer  a lo largo de toda  presentación de la verdad-en-tren-de-hacerse. Como señaló Suchodolski (citado en ibíd. 45 ), un discurso sobre la verdad solamente es una noción contradictoria. Notemos  también que la incertidumbre que se deja abierta aquí no es relativista: se basa en  posiciones “cerradas”, aunque provisionales, ya que pueden ser impugnadas, contradichas  o  corregidas .
Pero una metodología  general debe tener en cuenta lo que Stengers llama el " principio de irreducción ". " Este principio constituye tanto una advertencia como la exigencia de que el objetivo es el conjunto de las tesis  que se prestan a una ligera modificación [ ... ] " ( Stengers 1995 : 26 ) , la modificación que se caracteriza por " pasar " de “esto es así" a  "Esto no es solamente así  " [ ... ] " ( ibid.) . Este principio nos invita a trazar una nueva vía entre  posiciones opuestas como  las siguientes: a) " el discurso científico exige siempre neutralidad y siempre dice la verdad sobre el mundo empírico " o , por el contrario, "la ciencia no es más que  política e ideología "b ) " en materia de procedimientos  metodológicos  cualquiera es igualmente bueno  y cualquier interpretación es  aplicable  "o , por el contrario, " sólo esto es bueno " c ) " la ciencia requiere abandonar todo interés práctico "o , por el contrario, " toda investigación requiere un interés cognitivo  "d ) " el científico no  debe jamás dejar de considerar las consecuencias de un pensamiento que cree verdad ", o al contrario  " el científico no debe estar  preocupado por el efecto práctico que produce en la búsqueda de la verdad " , etc .
La metodología general  ve la verdad y la creación de un mundo mejor  como el resultado de un debate, y en este sentido, hay que darle la razón a Bachelard: " La verdad no adquiere su pleno  significado más que al término  de una polémica . No puede haber ninguna verdad primera. Sólo hay errores primeros . "(Citado en Canguilhem , 1957. 5-6) Los errores y las tesis contradictorias están en el corazón del proceso de búsqueda de la verdad y de un mundo mejor, incluso si el conflicto de perspectivas, como el error, no deben ser buscados como tales. Se debe aprender a buscar entonces  la verdad y  la creatividad navegando entre  puntos de vista opuestos, sin necesariamente ver la resolución del problema en el desplazamiento integral de una tesis a otra.

Paradójicamente, la metodología general afirma la  primacía teórica de análisis de un problema o de los objetos mismos sobre  las diferentes  opciones epistemológicas y metodológicas posibles. La visión de la confianza y la promesa dice: " Elige la mejor epistemología o el mejor protocolo de datos  y somete a ellos todos los objetos posibles o pertinentes". La visión de concordato, que conduce a una concepción general de la metodología  dice en lugar esto : " Elige tus preguntas de investigación o los aspectos del objeto que  te interesan y luego elige  la epistemología y tipos de datos que parecen más adecuado , más interesantes o  ´ suficientes ´ para abordar estas preguntas".  Se  valora también la capacidad virtual  de desplazamiento  del analista para resolver su problema de la manera más productiva o su capacidad para tener en cuenta  las particularidades  de ciertos aspectos de su objeto. También ayuda, si es necesaria, la apertura  disciplinar. En este sentido, las prioridades establecidas en el marco de una visión de la promesa se ​​invierten aquí: todo sucede como si el objeto o el problema tienen  algo que decir al investigador acerca de las opciones  epistemológicas o teóricas  posibles  para un  mejor enfoque, incluida la elección de las articulaciones  disciplinarias. En definitiva, se trata  de liberar al investigador de limitaciones teóricas que se ejercen sobre él y  que lo llevan a suponer  que todo debe ser tratado de la misma manera y  según los mismos a prioris.
Se puede observar, por lo menos en la historia de la sociología, la aparición de diversas   preocupaciones referidas al objeto. La primera preocupación,  del orden epistemológico,  fue determinar el objeto mismo de la disciplina y es concomitante con el nacimiento de este saber en el siglo XIX. Fue entonces posible hacer valer la posibilidad y la autonomía de un conocimiento sociológico,  tomando precauciones para distinguirlo de  la biología, la economía y la psicología. Durkheim , hay que recordarlo, juega un papel importante en ese contexto. La prioridad teórica aquí llega desde la disciplina en relación con los diferentes objetos que ella construye.
La segunda preocupación , que aparece en conjunción con la anterior , se centró en la lógica de la construcción de objetos en una investigación específica y el papel de la teoría en la observación del mundo empírico.  Se han opuesto  uno a otro los grandes  modelos epistemológicos  (inductivismo , falsacionismo ,  relativismo  , las teorías como paradigmas , etc[3].) Estos debates, si han  enriquecido nuestro conocimiento, nos han incitado por mucho tiempo  a dar prioridad  teórica  a un modelo  por excelencia sin tener en cuenta los objetos. ¿El investigador debe primero adoptar el pretendido  modelo,  fijarlo sólidamente  y finalmente sostener que no se puede tratar más  que lo que este modelo puede tratar y de la manera cómo debe tratarlo? Nada de incertidumbres!. Pero ¿quién dijo que la práctica de la ciencia  descansa  en una adhesión incondicional a un solo modelo? El investigador no aprende todavía  a distanciarse de su modelo epistemológico, teórico o metodológico a la vista de los problemas  a resolver o su pregunta de investigación. Pero actuando así se pierde, en última instancia,  su capacidad creativa. Su modelo deviene la imagen misma  de la ciencia y otros puntos de  vista son manifestaciones primitivas de la misma

La tercera y última preocupación, que es particularmente evidente a partir de  los años 70, se centra en la naturaleza y especificidad mismas de los objetos de estudio o los aspectos que  queremos dilucidar de esos objetos. Esta preocupación se debe en parte que Juteau ( 1981 : 37 ) ha llamado " la irrupción del punto de  vista de las minorías en sociología " y a una crítica institucional  afilada. Es probable que también se conecte, como señaló Malheu ( 1983 : 80 ), a una institucionalización creciente de relaciones sociales conflictuales  en las sociedades contemporáneas. De todos modos, estos movimientos han dado lugar a una doble crítica, la crítica de la normatividad  social y la crítica de la normatividad científica. En términos de conocimiento, han dado lugar a una explosión interna de diversos paradigmas teóricos, llamando la atención sobre su incapacidad, en un momento dado, de dar cuenta convenientemente de  todas las formas de opresión y de la naturaleza misma de los diversos  objetos de estudio. Se produce también una desnaturalización de los diferentes objetos de estudio, y se trata de escapar a las formas de esencialismo que habían resistido hasta ahora con la complicidad  de la ciencia.
Soy consciente de que esta posición parece en algunos aspectos ofensivamente neopositivista, porque está en contra de la idea de que los objetos pueden "hablar de ellos  mismos", Pero se trata de  buscar un  equilibrio inestable  entre los posibles marcos teóricos y metodológicos y el tipo de objeto que se  da. Simplemente se reconoce que los parámetros de un problema pueden variar y que los diferentes objetos  no llaman necesariamente al mismo tipo de marco teórico o metodológico. También podemos decir que el interés, la pertinencia y la claridad de los diferentes marcos teóricos y metodológicos varían  según los objetos. Se trata también de subrayar que el investigador puede adoptar estrategias y hábitos de conocimiento en vistas a profundizar  en relación a los diferentes objetos el "sentido del problema" ( Bachelard , 1938: 29 , 44 ) y lo que yo llamo el " sentido del enfoque " ( Pires, 1985 ) . Este abre  camino  a  una diversificación teórica y metodológica y nos permite explorar sistemáticamente  las “categorías de pensamiento impensado  que delimitan lo pensable y predeterminan el pensamiento" (Bourdieu , 1982: 10 ), tanto en términos de conocimiento ordinario como científico .

Algunas tomas de posición sobre los debates actuales

Para facilitar la comprensión de mis propósitos  y teniendo en cuenta la  importancia de estas cuestiones  expongo  aquí algunas de las posiciones que en la actualidad  defiendo y que, en gran medida,  atraviesan  este estudio.

1. Desde  mi punto de vista, las ciencias sociales, en su conjunto, no pueden realizar  un conocimiento sistemático de la realidad válido empíricamente de cualquier manera, es decir, sin hacer un esfuerzo de objetivación y distinción  entre lo verdadero y lo falso. Teniendo en cuenta que los  resultados de las ciencias sociales  a menudo consisten en desmitificar los discursos justificatorios relativos a ciertas prácticas institucionales, cuestionar  ciertas  falsas certezas y algunas formas de lectura social espontáneas e ilusorias para revelar lo  que sucede "realmente" y nos abra  los ojos, es imposible no llevar el debate, al menos en gran parte, en el terreno empírico. De lo contrario, me parece que se vuelve  a una especie de estado pre-científico donde toda  reflexión sobre lo real tiene vía libre. La dificultad real de falsar  ciertas teorías científicas o ciertos enunciados  de estas teorías  no debe hacernos caer  en la ilusión de que todos nuestras reflexiones  están a salvo de ser falsadas. Por ejemplo, no es muy difícil  falsar la declaración que dice que " se encuentra  en las prisiones una proporción equivalente de  individuos de todas las clases sociales". Y por increíble que pueda parecer, es importante falsar repetidamente tales enunciados  dada la fuerte tendencia a racionalizar ciertas prácticas institucionales , tanto en el plano  del sentido común como en el del discurso filosófico, jurídico y científico. En este sentido, los comentarios de Vincent Descombes revisten una significación particular  y también se aplican a la ciencia : "Incluso si la filosofía es esencialmente desmitificación, los filósofos a menudo no  hacen más que  comentarios falsos y defienden el orden,  al autoridad , las instituciones , las "buenas costumbres ,  todo aquello que cree  el hombre común  " (citado en Rorty , 1994 : . 49).

2. El esfuerzo de objetivación no necesariamente implica ni requiere la aceptación de la tesis o del  principio de neutralidad científica (value freedom ), no es necesariamente incompatible con el compromiso  del investigador en relación con los proyectos de  transformación social.

3. En la evaluación de una teoría o una investigación en las ciencias sociales, los valores y las consecuencias en la sociedad de esta teoría o la investigación constituyen  una forma legítima y habitual de evaluación del alcance, la validez y el interés  de la investigación. El mismo criterio se aplica a la evaluación de los sistemas normativos de una sociedad. La consecuencia de esta regla es que no hay una distinción clara y fácil entre  juicios de realidad y juicios de valor.

4. Todas las observaciones del mundo empírico (científicas o no) están - en diversos grados - impregnadas de "teorías" (  más o menos valiosas, según el caso ). La orientación teórica dada a la descripción de un conjunto de hechos objetivos en una investigación es  siempre también una forma de construcción de la realidad , pero esto no impide que haya construcciones  más valiosas ( tanto desde el  punto de vista  empírico como del ángulos de los valores) que otras . Esto significa que la investigación comporta siempre una selección de aspectos de la realidad y distorsiones de ella (aceptables o no) en virtud del propósito de la investigación. Del mismo modo, estos estudios llevan consigo un "proyecto de sociedad  " que forma parte de la discusión. Sin embargo, el proyecto científico de la construcción del objeto no es necesariamente incompatible con la búsqueda de una forma determinada y un cierto grado de objetivación o precisión en la descripción de lo  real Él debe " dar cuenta " de lo real.

Algunas clarificaciones conceptuales sobre la noción de “objeto construido”


El concepto de " objeto construido " es hoy  ampliamente utilizado, pero ha devenido  en una noción equívoca. En efecto, se habla de  objeto construido en tres sentidos diferentes y se ha producido una confusión  con el constructivismo, aunque  no hay una relación necesaria entre los dos.
Veamos ante todo los tres sentidos de “objeto construido” 
En el primer sentido, este término se refiere a la construcción de un objeto disciplinar. Aquí se dice que cada disciplina " construye su objeto ",  como  lo señala Fourez ( 1988 : 79 ) . La  disciplina  separa ciertos aspectos de la realidad social y nos prohíbe confundir tales dominios  con otros. El científico está ahora  invitado a participar  en un proyecto colectivo y  a construir sus propias descripciones y explicaciones de la reali-dad en función de los parámetros de su disciplina. Esta actividad es  a la vez teórica y práctica, ya que está vinculada a la producción de conocimiento y a  su proceso de institucionalización y legitimación. Así, Durkheim (1895 , 1909) creía que para fundar  la sociología , hacía falta mostrar que tenía un dominio propio . La noción de hecho  so-cial fue en parte diseñada para probar la existencia de un dominio distinto del de las ciencias naturales y la psicología (preocupada, según él, sólo  por los hechos individuales[4] ) . Este significado particular del concepto de  objeto  construido no da lugar a mucha discusión, pero se reconoce ahora el carácter  más o menos arbitrario de ciertos enclaustramientos disciplinarios, así como la necesidad de anular estas particiones en el caso de ciertos objetos o de revisar prácticas institucionales  basadas en una separación estricta de disciplinas[5].

En un segundo sentido, la noción de objeto  construido se refiere al fenómeno de la pre-construcción social del objeto de estudio. Por " preconstrucción ", queremos decir que el objeto ha sido construido por un trabajo del espíritu , o creado a través de instituciones y prácticas sociales de cierta manera, antes de que el  investigador realice sus investigaciones sobre ese objeto. Inspirados por Schutz ( 1987 : 11 ), podemos decir que hay aquí una construcción de primer grado . En efecto, los objetos adquieren formas institucionales y  su propia existencia puede depender de ellas. Para hablar como Lenoir ( 1989 : 55 ) , se recortan " de acuerdo a las categorías de la práctica social " y este recorte puede, en algunos casos, ser constitutivo del objeto. Esta preconstrucción social del objeto constituye así  una especie de “obstáculo epistemológico” ( Bachelard ) a nuestra manera de aprehender científicamente, ya que orienta nuestra manera de ver y concebir. En pocas palabras, la apariencia  que la sociedad toma, sobre todo cuando  está representada por  prácticas institucionales debe ser puesta en cuestión  por el investigador.
Así, si un sociólogo quiere estudiar el "delito", debe ser consciente de que este objeto se ha delimitado por las propias instituciones  sociales. Por un lado, esto significa que el concepto de crimen es institucional. Por otra parte, esto  significa que entre las muchas personas que transgreden las leyes penales, solo un pequeño grupo será seleccionado por el sistema y etiquetado como " criminal ", de acuerdo a  criterios que están lejos de parecerse a un sorteo aleatorio. El investigador debe ser consciente de que el recorte de su objeto (personas criminales / no criminales ) es un hecho institucional y no un hecho bruto o el resultado de la aplicación de  un criterio  objetivo ( Pires, 1993a ) .

Por último, la noción de objeto construido también significa la lógica metodológica del  investigador. En efecto, nos guste o no, el investigador selecciona los hechos, elige o define los conceptos, interpreta los resultados , etc . En resumen, él construye  su objeto técnica y teóricamente. Aron da una simple pero muy clara  ilustración de esto en el  trabajo del historiador: "Si un historiador quisiera contar en  todos los detalles, con todas sus características cualitativas, cada uno de los  pensamiento y cada uno de los actos de una persona en un día, no lograría nada" (Aron, 1967 . 508) El historiador sabe que debe seleccionar algunos aspectos de una realidad sin abrigar la esperanza ( inútil y perjudicial ) de cubrir todo. Sabe también que la imagen final que pinta no corresponde (en el sentido del punto a punto) a la realidad en su conjunto. De todos modos, todos los aspectos de esta realidad no  interesan a su proyecto de conocimiento  particular. Que toda realidad es una construcción científica, por tanto, aparece al investigador a la vez como una especie de distorsión de la realidad. Pero también la idea de la correspondencia en tanto que  imagen fiel  de la realidad plantea problemas .Lo que en general el científico tiene en su cabeza es “la idea de que el pensamiento científico es siempre esquemático, que no puede reposar jamás sobre muestras o  tomar las partes por el todo, esas partes  implican la idea de aproximación necesaria” " ( Moles, 1990 : 21 ) , pero esto es mucho menos que la idea de  correspondencia .

Schutz añade para aclarar este tercer sentido de la noción de ”objeto construido”  de que " los objetos construidos por los científicos sociales  se fundan en los  objetos de pensamiento construidos por el pensamiento corriente  del hombre que lleva  su vida entre sus semejantes y refiriéndose a ellos "( Schutz, 1987 : 11 ) . Entonces se trata de una "construcción de segundo orden , en particular construcciones de construcciones edificadas  por los actores sobre la escena social en la cual  el científico social  observa el comportamiento y trata de explicar todo  respetando las  normas de procedimiento  de la ciencia " ( ibid.).

Un primer malentendido: la noción de objeto construido del constructivismo

¿Podemos decir  ahora que todo analista que reconoce el concepto de objeto construido en las ciencias sociales es por lo tanto constructivista?[6]

En efecto, la noción  de objeto construido no se comparte entre los realistas (y tampoco los positivistas) y los constructivistas. Por un lado, se ha asimilado  con el  constructivismo la afirmación de que el mundo social es (pre- ) construido por la actividad humana, por otro, la tesis  según la cual el objeto de toda investigación está necesariamente construido por algunas opciones teóricas. Para argumentar que se puede sostener que el objeto de  toda investigación es un objeto  construido sin reclamarse constructivista. Voy a dar lego el ejemplo de Comte.
La tesis de la construcción científica del objeto se ha desarrollado al menos en parte como  resultado de una constatación de la forma en que obsevamos  el mundo y de una actitud más modesta sobre el lugar de la ciencia. No se vincula a una perspectiva sociológica (ni siquiera  filosófica ) perfectamente caracterizada. Al principio, se consideró que la observación ( científica )  del mundo era una actividad puramente pasiva a la que se libraba al  observador ( Fourez 1988 : 31) . Se suponía entonces,  que el científico debía  primero establecer los hechos a través de la observación y que esto dependía de " una pura atención pasiva, de un  estudio  receptivo" de la realidad empírica ( ibid. : 30) . Después de haber acumulado los hechos, podía elaborar poco a poco  las leyes y teorías. Pero ellas no  deberían preceder a la observación de los hechos, bajo pena de introducir sesgos en la observación del mundo. Desde este punto de vista epistemológico, los "hechos" recogidos por el investigador no serían  hechos construidos, sino  hechos puramente observados. Sólo las teorías y leyes serían  construcciones que podían ser eventualmente  verificadas o sometidas a los experimentos para poner a prueba su capacidad de explicar o predecir la realidad. Sin embargo, hoy en día nuestras creencias se modifican . Se cree que la observación es más bien un proceso mental,  como dice Fourez , " una cierta organización de la visión " ( ibid. : 31) . Es la "teoría" (incluso si se trata de una teoría vaga , elemental e inconsciente ) la  que organiza nuestra visión y nos "ayuda" a observar, es decir , lo que nos lleva a centrar nuestra atención en algunas cosas y excluir a otras .De golpe, nos preguntamos si el ser humano es capaz de hacer una observación que sea totalmente "pura" .  Ahora bien, muchas de las observaciones son menos puras que otras en el sentido que están más “cargadas de teoría” de las cuales el observador no es consciente al principio ( Blackburn, 1992 : 74-79 ) . Decir  que una observación está “cargada de teoría”, para volver a tomar la hermosa expresión de Blackburn,  significa que los elementos de interpretación y nuestras creencias anteriores se mezclan en diferentes grados ( ibid. : 77 ) .

Comte se reveló  contra el " empirismo sistemático que se esfuerza por  imponer observaciones sociales, sobre todo históricas, mientras que prohibe dogmáticamente con el pretexto de la  imparcialidad, la utilización de cualquier teoría [7] " ( Comte, 1839 : 158 ) . "En cualquier clase  de fenómenos del ser, ninguna observación verificable puede hacerse sin estar primitivamente dirigida y finalmente interpretada por una teoría cualquiera " ( Ibid. )  Consecuentemente, si nuestras observaciones no son pasivas, la ciencia no comienza con una observación de los hechos, sino más bien por una teoría (o visión teórica ) que organiza nuestra observación . La teoría viene antes de los hechos, los selecciona y los  interpreta, brevemente, los construye. Aunque  Comte es visto  como el padre del " positivismo ", sin embargo, se encuentran allí las semillas de la noción de objeto construido por la ciencia.

El uso del término " constructivismo " en las ciencias sociales ha dado lugar a cierta confusión porque hay una fuerte tendencia a considerar a los objetos construidos  por la ciencia  como producto de una perspectiva constructivista. La confusión también surge del hecho de que la idea de que el objeto de las ciencias sociales, el mundo humano, es reconocido como construido por los seres humanos, se asigna también a una perspectiva constructivista. Sin embargo ni decir que la ciencia construye su objeto ni que la realidad es socialmente construida implican necesariamente ser constructivista en ciencias sociales. A mi modo de ver Comte, Marx, Durkheim y Weber no dudarían en suscribir ambas afirmaciones. Entonces, ¿qué significa ser  “constructivista" en  ciencias sociales ? No puedo aventurar aquí una respuesta a esta pregunta (véase Knorr- Cetina , 1989 ) . Me limitaré a decir que esta caracterización parece depender a) que el investigador se designe como tal[8], o b ) de  un número de opciones teóricas más estrictas que permiten identificar el trabajo para los propios contructivistas ( constructivismo estricto[9] ) .

Entonces téngase en cuenta que los conceptos de construcción, invención, producción, definición de la realidad, etc . , se emplean en sentidos  diferentes según los objetos y la perspectiva teórica de la investigación, y que se no se reserva para todos el término  constructivista. Además, lo que particulariza al constructivista  en  sentido estricto (incluyendo etnometodólogos ) , es menos el empleo  de estos conceptos y lo que ellos muestran en su investigación que  lo que no dicen  o  que consideran que no se debería hacer porque, en su opinión , no es ni útil ni pertinente ( Goode y Ben - Yehuda, 1994 : 94-96 ) . Es por la negativa lo que permite  caracterizar mejor al constructivismo.

Voy a ilustrar la dificultad para describir una investigación constructivista refiriéndome al estudio de Morin ( 1969 ) sobre el rumor de una trata de blancas  en la ciudad de Orleans. El investigador indica desde el principio que este rumor construido por una comunidad era un " mito" (:Morin , 1969 ) . Se puede concluir que el comercio de esclavos fue construido socialmente o inventado en el sentido más fuerte del término: no existió, se dio  por real algo  que no lo era. ¿Debemos decir entonces que la investigación de  Morin es constructivista, en  sentido estricto? Yo creo que no . Por otra parte, no se gana nada en la comprensión con esta caracterización. En su lugar , nos perdemos la oportunidad de ver que hay más allá de la dicotomía realista / constructivista.

¿Por qué no es constructivista ? En primer lugar, el autor no se caracteriza  así. Por supuesto, este criterio no es decisivo, pero su ausencia nos obliga a tomar el texto como un parámetro de su propia interpretación (Eco , 1990 : 43 ) . La dificultad viene primero porque esta investigación se podría hacer de la misma manera por un investigador llamado realista, sin que este  enfoque cambie la orientación. En efecto, sería investigado  también el rumor,  constatado  que no tenía ninguna base empírica y se habría mostrado cómo fue creado este mito y había desaparecido después de un tiempo . La dificultad es, entonces, que algunos constructivistas no adoptan una perspectiva estricta. Ellos  podrían llevar a cabo el estudio de la misma manera que nuestro investigador de ficción realista o el propio Morin. Porque  estos constructivistas no dudarían en hacer frente a la creencia colectiva en la trata de blancas con la "realidad objetiva". En consecuencia, también demostrarían que se trataba de un " mito"[10]. La diferencia sería tangible con los constructivistas estrictos, ya que ellos  cambiarían  el rumbo de la investigación en algunos aspectos. Por un lado,   también mostrarían de la  misma manera cómo surgió esta creencia y cómo desapareció, pero por otro lado, el lector nunca podrá saber si la trata de blancas  "realmente" existió  o no. Es que no se ocupan y no se pronuncian sobre la verdad o falsedad de las creencias sociales  de los actores en relación al mundo empírico. En sus descripciones, hacen caso omiso a la  cuestión de la buena fundamentación del juicio de sus actores sociales. Este juicio sobre la  parte de  de realidad o de ficción de los enunciados es puesto entre paréntesis y estimado no importante  para la comprensión y la explicación de  cómo las personas definen la realidad y actúan. Su análisis no quiere entonces negar o afirmar la facticidad o la  validez moral de tal o tal definición particular de la realidad o pretensión de validez  [ Goode y Ben -Yehuda , 1994: 90 ] . Los juicios de valor explícitos son puestos  entre paréntesis y los  juicios de la realidad - si es que  todavía se  puede usar esta dicotomía - existen, pero se reducen a su expresión más simple: lo que cuenta es sólo buena descripción de cómo que las personas construyen sus creencias   y actúan como si fueran verdades legítimas, etc . ( Ibíd. : 95 ) . Por lo tanto, desde un punto de vista conceptual, los constructivistas estrictos nunca hubieran  hablado de un "mito" porque esto supone que se enfrentó  la creencia en la trata con los hechos, lo que ellos se niegan a hacer.

Los constructivistas estrictos a veces  argumentan, por ejemplo, que la guerra ha muerto, puesto que rara vez se define por los actores como un "problema social". Y viceversa: algunos fenómenos se definen en un momento dado por ciertos  segmentos de  la sociedad como " los nuevos problemas sociales cada vez más frecuentes " aunque ellos sean  viejos y no se reconoce ninguna argumentación objetiva de  acuerdo a los datos disponibles. Incluso, pueden tomar  como una "amenaza real" algo que no está justificado como tal  por la evidencia disponible. Los hechos parecen contar muy poco en el nacimiento de las definiciones de la realidad. Según ellos, el científico no debe justificar o desafiar las definiciones de "problemas sociales" sirviéndose de hechos, porque  no es tarea de la ciencia  decidir objetivamente sobre las pretensiones de validez,  la gravedad o la falta de gravedad de las cosas. No es compatible  la ciencia con la legitimidad o ilegitimidad de una práctica social, o de la decisión  política . Desde luego, no quieren comprometerse en un proceso para decidir sobre la realidad de los problemas sociales y menos aún para abogar por soluciones.
Por supuesto, incluso si no se  acepta esta tesis, esto  no nos impide apreciar la contribución teórica y empírica del constructivismo estricto en muchos aspectos de la vida social. Pero si estas reflexiones son correctas, también hay que concluir  la ausencia de una brecha epistemológica entre un " realista no estricto" y "un constructivista no en sentido estricto " en  ciencias sociales, debido a que ambos reflejan tanto los hechos como las construcciones. Pueden oponerse sobre el estatuto epistemológico de un objeto en particular, pero tal oposición también pueden existir entre dos  realistas o entre dos  constructivistas no estrictos. Esto simplemente se suma a los temas de la discusión sobre la búsqueda de la verdad con respecto a este tema.

Por último , un investigador (no estrictamente constructivista  o realista) también puede estudiar la transición de un fenómeno objetivo, como el cáncer o el SIDA , al rango  de problema social , ya que no es suficiente que exista objetivamente como  fenómeno para  que sea un problema social. La violencia contra las mujeres es un viejo fenómeno objetivo que sólo recientemente ha sido percibido y definido en algunas sociedades como un problema social. Si  los investigadores hablan sobre la "invención " o " construcción social " de SIDA  como una enfermedad  por ejemplo , no es necesariamente en el sentido de un mito donde la facticidad del fenómeno podría estar completamente ausente . El término "invención " no se refiere aquí a la enfermedad sino al  problema, es decir, la construcción de esta enfermedad como un problema social. Así que la reconstrucción científica de esta " invención social» puede incluir como una de sus condiciones de invención, la evidencia factual de la propia enfermedad.

Un segundo malentendido: la noción de objeto científicamente construido y el subjetivismo

¿Podemos decir ahora que la noción de objeto construido (en el tercer sentido) lleva necesariamente consigo una connotación epistemológica subjetivista ? Si este es el caso,  un científico que acepta esta noción es necesariamente un subjetivista y quien  no lo acepta un objetivista.

Se presenta la respuesta: Comte, Popper, Bachelard , por nombrar sólo unos pocos que  aceptan la idea de la construcción del objeto científico, no  permiten ser caracterizados fácilmente como subjetivistas . ¿Pero que pasa   aquí ? Un investigador puede , sin estar en contradicción consigo mismo, reconocer que construye su objeto seleccionando ciertos aspectos de la realidad infinita y cambiante sin reconocer que su construcción es subjetiva? Esta selección subjetiva no  requiere la conclusión de que todo lo que dice es subjetivo?

La respuesta es no. El investigador se ve obligado a concluir que sus resultados no abarcan toda la realidad, que los errores son posibles, que se introdujeron necesariamente deformaciones , que algunas  dimensiones se aclaran  y otras se oscurecen , que el conocimiento que produce es un conocimiento aproximado ( Bachelard ), etc . Pero no está obligado a concluir que todos sus resultados son subjetivos, ya que pueden ser confrontados con una realidad que está fuera del espíritu de los individuos . Si dice , por ejemplo , Salvador Dalí visitó a Picasso en París o que Canadá tiene una tasa mucho más alta de encarcelamiento que los Países Bajos, cree que otro investigador puedan confirmar o refutar estos enunciados precisamente debido a que son susceptibles de verificación o falsación. El concepto de objeto  construido no necesariamente conduce a una posición subjetivista .

Nótese, sin embargo, que podemos aceptar la noción de objeto construido, ser realistas y, a pesar del realismo,  no admitir la noción de " correspondencia ", es decir, el argumento de que el conocimiento científico se  corresponde a la realidad empírica . Debemos ver que la noción de la correspondencia se puede interpretar de diferentes maneras. Cuando se trata de enunciados factuales simples  ( con palabras que tienen una referencia empírica directa y precisa ) como " Salvador Dalí visitó a Picasso en París, " la noción de correspondencia no tiene , para un realista o constructivista no estricto, mayores dificultades . Pero puede ser más complicado  para ambos  cuando se refiere a una visión de conjunto producida por la investigación, cuya  descripción y explicación involucra  otras interpretaciones. Debido a que son conscientes de que su investigación no es un espejo de la realidad, a pesar de que están de acuerdo en que podemos comparar sus resultados con la realidad "objetiva". Se entiende desde el principio que la ciencia reduce la información  y organiza y construye una cierta lectura de esta realidad. Nadie pretende mostrar todos los aspectos de la realidad. Sin embargo, esta construcción no necesariamente significa que el resultado no es hipotético sino una buena o una cierta aproximación a los aspectos pertinentes de esa realidad. Ramognino ( 1992 : 55 ) señala que las operaciones  "cognitivas" sobre la  "realidad" puede ser definidas  " como la elaboración  de un resumen " y la observación " consiste  en  un proceso de reducción. Pero debe sin embargo tener la calidad de expresar la" realidad en sus dimensiones o fundamentales". Un resumen, en cierto sentido, no coincide punto por punto con  la realidad porque si lo hiciera, no sería un resumen sino la realidad misma.  Es por esta razón que la noción de la correspondencia en las ciencias sociales, puede plantear dificultades incluso a un realista cuando se aplica a resultados complejos.

Como puede verse, la noción de objeto construido reconoce la participación de  la teoría, la selección y la simplificación que implican  a la ciencia , pero no pone necesariamente en tela de juicio la idea de que el esfuerzo de objetivación es importante  Sugiere una visión más modesta de la ciencia, sin negar la posibilidad de acceso a la realidad . Esto no implica un punto de vista totalmente subjetivista.

De hecho, como señala  Santos ( 1987 : 282 ) la construcción científica de la realidad supone necesariamente una distorsión de la realidad, lo que no significa automáticamente una distorsión de la verdad . Alude aquí - como Moles ( 1990 : 21 ) – a un famoso cuento filosófico de Borges , donde se habla de un mapa de un país realizado a una escala cada vez mayor intentando para que coincida con la realidad, hacerlo de escala 1/1 . En esta escala, el mapa  ha perdido su utilidad y, además , no corresponde tampoco  a la realidad , ya que sigue siendo un mapa . Imagine, por ejemplo, una hoja de ruta de Quebec. Si está bien construida, debería ser posible llegar desde Montreal a Québec sin pasar por Toronto  Pero para ser prácticos, no puede coincidir punto por punto con la realidad, y su escala no permitirá encontrar  una calle en la ciudad de Quebec. Para ello se requerirá un plano  diferente. Por tanto, es imposible construir un mapa  libre de distorsiones  pero sin los mapas y los planos se reconoce y se esquematiza menos la realidad .

Del mismo modo, en algunos dibujos y pinturas del pintor belga Magritte, hay algo confuso. Podemos ver claramente la figura de una pipa  elaborada con cuidado y sin ambigüedades y, a continuación , una nota escrita a mano : "Esto no es una pipa . " No quiero ex plorar por las diferentes reflexiones que causa la imagen ( ver Foucault, 1973 ) , sino simplemente llamar la atención sobre una posible analogía con la noción de objeto construido (en el tercer sentido ) . Una de las cosas que son desconcertantes en estas pinturas y dibujos,  es la sensación paradójica de ver, debido a nuestros hábitos de lenguaje, una pipa con un enunciado  negando lo que vemos. Después de un momento, todo parece estúpido y simple: " Por supuesto ,  como me van a decir que este dibujo a mano, por encima del texto, es una pipa real " Por otro lado , el observador no está completamente seguro , porque , para él , esta figura representa una pipa verdadera, por lo que no se  justifica la aseveración a continuación. Imaginemos ahora que  al final de cada investigación  nos encontramos con una mención semejante escrita por el  investigador: "Esta no es la realidad . " El lector no va a estar  menos confundido que  el observador del  lienzo de Magritte. Sin embargo, es cierto que esta no es la realidad , sino una esfuerzo de aproximación a lo real

.Las ciencias sociales y el sentido común ¿se puede hablar de ruptura?

Las ciencias sociales han seguido con respecto al sentido común el camino abierto por las ciencias naturales. Durkheim ha expresado  bien las primeras posiciones respecto a la relación de  las ciencias sociales sobre el  lugar de sentido común  " Si existe una ciencia de la sociedad,  debemos esperar que no sea una  simple paráfrasis  de los prejuicios tradicionales,  sino que nos haga ver las cosas de manera diferente de lo que parece vulgar. " ( Durkheim , 1895. 71 ) Este punto de vista se basa principalmente en la idea de que hay una especie de"ruptura" o de “corte” entre las dos formas de conocimiento (conocimiento científico y el conocimiento común) y sobre una imagen negativa  a veces despectiva del conocimiento ordinario. Hoy en día, la posición de las ciencias sociales sobre la cuestión de sentido común, es mucho más compleja y ambigua. Como Houle ( 1986 )  dijo , las nuevas investigaciones sobre historias de vida han obligado a los investigadores a redescubrir el sentido común.

Santos ( 1989 : 40 ) resume la situación actual. En primer lugar, hay más consenso entre las diversas corrientes teóricas en términos de si esta ruptura entre los dos órdenes de conocimiento es posible o incluso deseable. En segundo lugar, las perspectivas que aún sostienen  la importancia de la ruptura con el sentido común no adoptan necesariamente la misma visión negativa de este tipo de conocimiento. Algunas corrientes, de hecho, subrayan la contribución del sentido común una comprensión crítica de lo social en la medida en que  movimientos sociales han llevado a los científicos sociales a cambiar sus posiciones frente a una variedad de problemas y objetos o frente a cualquier realidad social  en un sentido amplio. Este es también el caso del movimiento feminista. Por último, no es raro que una teoría científica que anuncia una ruptura con el sentido común sea, ella misma acusada  por una teoría ulterior de no  ser más que una forma más elaborada de sentido común. Básicamente, lo que sucede aquí es una revisión del concepto de " ruptura " o " corte " para ver si todavía es útil para referirse al paso del sentido común al conocimiento científico.

Santos juzga que el  concepto es  útil, pero ve claramente  los problemas que plantea. El  autor recomienda una estrategia doble: mantener la idea de una primera ruptura epistemológica con el sentido común, y proceder después de una segunda ruptura aún más importante: una ruptura con la ruptura epistemológica (Santos , 1989 : 39 ; 44-45 ) . La segunda ruptura es a la vez un movimiento de desacralización  de la ciencia y un esfuerzo para aclarar  al sentido común. Para Santos, la primera ruptura permite constituir la ciencia y la segunda no es una forma de neutralizar a la primera, pero hace un trabajo de transformación tanto en el sentido común como en  la ciencia misma. Se trataría de construir un sentido común más informado y una ciencia más modesta. Vemos claramente por qué Santos mantiene la noción de ruptura que también ha jugado un papel importante en la epistemología de la lengua francesa: es que hace hincapié en el juego de las transformaciones y, en este sentido, esta noción tiene un papel importante porque subraya  la idea de desplazamiento.

La idea de Santos de  un retorno esclarecido sobre el sentido común coincide con la de Alfred North Whitehead : "Se puede pulir el sentido común , se puede contradecir a nivel local, se le puede sorprender . Pero la tarea última es satisfacerlo " ( . Citado en Stengers , 1995 191 ), sin embargo , me pregunto, con Stengers ( 1995 : 34-37) , si la noción de ruptura sigue siendo útil para realizar los  objetivos ( muy válidos ) propuestos por Santos.

Stengers señala dos inconvenientes en  esta idea tomada de la epistemología de Bachelard . En primer lugar, su uso descalifica aquello de lo que  que diverge : " La  ruptura ", que es el orden de la purificación o la mutación crea una asimetría radical que priva  a aquello contra lo cual  la “ciencia” se ha constituido toda posibilidad de cuestionar la legitimidad o la pertinencia  ( . Stengers , 1995 35 ) En efecto,« la ruptura procede estableciendo un  contraste entre el " antes" y el "después ", que descalifica el "antes" "(ibid. : 34 ) . Además , añade, " la descalificación de la opinión prohibe que se oponga algo  a la definición que da la ciencia de su " objeto " que  así definido no permite dar sentido a algo que lo niega  " ( ibid. : 36 ) . En segundo lugar, " una característica típica de esta asimetría es que la caracterización de la " no-ciencia " es mucho más clara y segura  que la de la  'ciencia' " ( ibid.) .

De hecho, la noción de ruptura se utiliza a menudo para descalificar , las posiciones de las que nos hemos querido demarcar considerándolas como el reino del sentido común. Por lo tanto, la crítica que desde lo alto de un paradigma científico se dirige a otra construcción de objeto , parece una descalificación no al objetivo del paradigma  sino a su estatus científico. Pero entonces ¿se puede hablar de ruptura si no hay diferencia de naturaleza entre la crítica que la ciencia dirige al conocimiento ordinario para consituirse a si misma y la crítica (interna) que la ciencia dirige a la ciencia precedente por el modo de realizar su proceso de investigación de la verdad?
Stengers ( 1995 : 34-37) recomienda la sustitución de la noción de ruptura con la de "demarcación ". Parece menos presuntuosa, más flexible y abierta a las revisiones: permite, por una parte,  identificar las diferencias  y transformaciones , y , en segundo lugar , revisar las demarcaciones hechas por una razón u otra .

En última instancia, Houle ( 1986 : 48 ) señala que el sentido común es la primera forma de conocimiento del  sociólogo y que  debe pasar obligatoriamente  por este saber.  Demo ( 1981 : 15 ) considera por su parte que el investigador nunca logra deshacerse por completo de sentido común, sea porque no está especializado en todo,  sea porque no puede poner a prueba en la misma investigación  todas las dimensiones  del sentido común que en ella se encuentran , sea  porque la ciencia es ella misma   un fenómeno social y  la metodología no tiene la capacidad de resistir todas las influencias sociales y culturales sobre el pensamiento . Harding ( 1986 : 25) llama la atención sobre el hecho de que el conocimiento ordinario hace también avanzar la ciencia y puede llevar al aumento de la objetividad, si se procede con respecto al conocimiento ordinario   de la misma manera que con el  conocimiento científico, porque ni uno ni el otro no son homogéneos : si se contradice un punto, se confirma  otro . Por último , Whitehead nos da la tarea de satisfacer el sentido común después de haberlo confrontado . Punto de partida  ineludible, pasaje obligatorio, a veces forzado, fuente de  creatividad y de corrección de errores,  retroalimentación continua ¿se  tiene que seguir hablando de ruptura ? La  " ruptura " no  ha tomado en este contexto una connotación mágica , también tranquilizadora y finalmente última?

La cuestión de la verdad en ciencias sociales

La búsqueda de la objetividad en las ciencias sociales ha estado guiada por la pregunta siguiente ¿ como aprehender la verdad del mundo social? Esta pregunta ha dado lugar a tres modelos tipo (con sus variantes internas) y a formas de relación entre ellos. A pesar de ciertas proposiciones erróneas todos estos modelos han aportado un cierto número de contribuciones a la búsqueda de la verdad. Recordemos también que el valor o la eficacia práctica de estos modelos varían en parte en función de los objetos que el investigador construye. Se puede decir  grosso modo que dos modelos se construyen alrededor de la idea de neutralidad (value freedom) y el último alrededor de un punto de vista. Su objetivo es no obstante el mismo: conducir entre otras cosas al conocimiento objetivo.

El modelo 1: la valorización de la neutralidad y de la observación exterior

La primer estrategia se inspira en su origen en las ciencias naturales. Para facilitar la comprensión, digamos que ha sido puesta en valor por Comte y Durkheim y ha conocido al menos una variante interna importante: aquella que separa el operacionalismo o el inductivismo cuantitativo de aquellos autores que reconocen la intervención de la teoría en la construcción de su objeto. El investigador debe entonces observar el mundo social desde la exterioridad y hacer tabla rasa de los conocimientos adquiridos a fin de descartar las prenociones. Comte escribía que la ciencia exige observadores “bien dispuestos” (Comte, 139: 38) que por lo general “no se observa bien más que aquello  que pasa afuera " ( Comte , citado en Ferrarotti 1981 : 78 ) . Durkheim sostuvo también la necesidad de estudiar los hechos sociales " como cosas externas". Para él, el investigador debe acercarse a la observación social con una  «una cierta actitud mental de espaldas al pasado tomando por principio que se ignora absolutamente lo que  es esta realidad ( Durkheim , 1895 : 77 ) : "Es necesario que al penetrar el mundo social haya conciencia de que se penetra en lo desconocido, es necesario sentirse en presencia de hechos cuyas leyes le son [ ... ] insospechadas ; [ ... ] es necesario que se esté predispuesto a hacer descubrimientos que  le sorprenderán y  le desconcertarán d. " ( Ibíd. . 79 ) Durkheim  asocia este estado espiritual   al de los físicos , químicos y fisiólogos, " cuando ellos se involucran en una región aún inexplorada del campo de su ciencia "(ibid. ). Señala Durkheim  que el sociólogo debe comenzar " por hacer tabla rasa de los conceptos que ha podido formarse durante su vida " ( Durkheim , 1909 : 158 ) . Como Durkheim es uno de los fundadores de la disciplina, es comprensible que el comentario sobre la tabla rasa atienda más a las prenociones de sentido común que a los conocimientos científicos previos En efecto, él querría que el sociólogo tome distancia de los conceptos " que se forman sin método para satisfacer las necesidades prácticas de la vida social " ( ibid.) .

¿Qué actitud mental el investigador debería tener lugar hacia  el presente y hacia el futuro? Durkheim (1900 : 112 ) estaba convencido de que la ciencia puede y debe desempeñar un papel importante en la mejora de la sociedad,  sin embargo, mantuvo que era posible y necesario separar rigurosamente el estudio científico de la realidad social de las  aplicaciones  ( prácticas) " a las que pueden prestarse  las nociones  que la ciencia elabora. " De hecho , " la ciencia aparece sólo cuando la mente , independientemente de cualquier preocupación práctica , enfoca las cosas con el único propósito de representarlas”.  Señala con razón que " uno debe tener el tiempo necesario  " para poder pensar metódicamente , lo que reduce el riesgo de error” ( ibid.) . Se deduce de ello que las preocupaciones relativas a la práctica siempre implican alguna urgencia y tienden a empobrecer la actividad científica (lo que no es necesariamente el caso ) . Durkheim reconduce aquí a la antigua dicotomía contemplación/accion, que se remonta a la filosofía griega. De acuerdo con esta representación, " los criterios de verdad del conocimiento científico son internos al proceso científico y la única acción relevante en este nivel es el de la investigación y la experimentación. Cualquier otro tipo de acción, especialmente la acción social, es exterior al conocimiento científico,  y no es,  su ámbito de aplicación " (Santos , 1989 : 47 ) . Esta dicotomía está  también en el origen de la distinción clásica ( ya superada) entre la ciencia pura (o básica ) y la ciencia aplicada ( ibid.) . Sin embargo, Durkheim probablemente lo que quería era descartar  los riesgos de una ciencia servil, sumisa a la política, lo que sigue siendo válido.

Por supuesto , sabemos que el investigador nunca podría situarse  totalmente fuera del sistema que él analiza. Se requiere un esfuerzo mental para distanciarse en cierta medida, y de esta manera obtener dos resultados: una mayor objetividad y una cierta creatividad. Esta estrategia ha privilegiado los datos cuantitativos y la causalidad material, representados por el análisis de las condiciones o factores objetivos ( externos e inconscientes) para explicar las acciones de los actores sociales ( Pires , 1993b : 196 ).  En resumen , esta estrategia es compatible con : a) la neutralidad del analista como una condición para obtener un conocimiento objetivo b ) la actitud mental frente al pasado caracterizada por un esfuerzo de hacer de alguna manera una tabla rasa del  sentido común o realizar una ruptura  con él c ) una actitud mental hacia el presente y el futuro que se caracteriza por la dicotomía contemplación / acción, o la creencia en la posibilidad y la ventaja de separar el estudio científico de sus aplicaciones o consecuencias prácticas d ) la supremacía de la mirada desde el exterior  e) la importancia de mantener una mente abierta con respecto a los descubrimientos desconcertantes f ) la prioridad de la causalidad  material , y g ) la primacía de los datos cuantitativos . Pero hoy no creemos que la neutralidad del investigador sea posible ( primer punto ) . Hablar de un análisis completamente neutral es una forma de mistificación y una confianza excesiva en la metodología. También podemos mostrar que los resultados que se obtienen en una investigación situada, en determinadas condiciones, logran un mejor conocimiento del que se obtiene  utilizando la estrategia de eliminar el sesgo. La dicotomía contemplacion/acción  también es puesta en duda en su formulación más radical  pero hay que mantener una actitud crítica hacia la práctica de la ciencia puramente instrumental( punto  c). Por último , d), f) y g ) pierden su carácter de  prioridad general a priori. Pero la mirada desde afuera,  la causalidad material y los datos cuantitativos se mantienen como formas importantes de iluminación del pensamiento científico, en particular con respecto a ciertas cuestiones  de la investigación .

El modelo 2: la valorización de la neutralidad y la observación desde adentro

La segunda estrategia se basa en una oposición filosófica entre el mundo de la naturaleza y el mundo de la cultura y está  representada, entre otros, por las posiciones de de Weber y Schutz [11]. En contraste con la anterior, esta estrategia se aplica sólo en lo que concierne a los seres humanos. De hecho, en el estudio de la naturaleza, el investigador selecciona los hechos y acontecimientos que son pertinentes para él y para el propósito que tiene. Sin embargo, esta pertinencia no es " interior a la  naturaleza como tal " , sino simplemente " el resultado de la actividad selectiva e interpretativa " del investigador sobre la naturaleza que él observa ( Schutz , 1987: 10 ) . Esto significa que el campo de  observación del  científico no tiene ningún significado para él, porque este campo "no tiene " sentido más que para él pero no tiene ninguna significación para las   moléculas, átomos y electrones que lo constituyen " (ibid.) . Sin embargo , el campo de visión del investigador en ciencias sociales, el mundo social ", tiene un significado especial y una  estructura relevante para los seres humanos que allí viven ,  piensan y  actúan " ( ibíd. ;  ) . Estos seres han construido e interpretado antes este mundo mediante numerosas preconstrucciones comunes de la vida cotidiana, dice Schutz, " y  son estos  objetos del pensamiento que determinan su comportamiento, definen el fin de la   acción, los medios adecuados para llevarla a cabo - en resumen, para ayudarles a desenvolverse dentro de su entorno natural y socio- cultural y vivir en él " ( ibid. : 10-11). El punto de vista interno, es decir, el sentido  que los actores dan a su vida o cómo la conducen  es entonces materia de  la observación . Esta estrategia pone de relieve una característica de los objetos de las ciencias sociales : el hecho de que la que la subjetividad reviste una importancia crucial para la comprensión, la interpretación y la explicación científica de las conductas humanas .

Schutz ( 1987 : 43 ) considera que es absurdo negar el hecho de que ciertos   modelos abstractos ( que expresan una visión desde el exterior ), como los que están siendo adoptados por los economistas , puedan ser utilizados con éxito para resolver  muchos de los problemas del mundo social . Pero subraya que , bien entendido , " el postulado de la interpretación subjetiva [ ... ] no significa nada más que en todos los casos se puede y en algunos casos se debe  referirnos  a las actividades al interior  del mundo social y a  su interpretación por los actores en términos de  sistemas de proyectos , de medios a disposición , de motivos, de pertinencias y así de seguido” ( ibid.[12] ) . Gratton ( 1996 ) muestra, por otra parte , en un estudio sobre el suicidio entre jóvenes quebequenses , la diferencia entre estas dos formas de iluminación . Después de revisar los "adentros " de la historia de vida de un suicidio, los significados sociales del suicidio, se exploran "esta vez el punto de vista sociológico exterior " las razones sociales de este tipo de suicidio ( Gratton , 1996 : 271 ) .

Se amplía aquí también la idea de la neutralidad y la dicotomía contemplación  / acción que caracteriza a la actitud mental hacia el presente y el futuro. La versión más extrema de estas teorías se encuentra en Schutz ( 1987 ) . Él ve la actitud del sociólogo como " la de un observador desinteresado del mundo social ", " que no está involucrado en la situación observada , que para él no tiene ningún interés práctico, sino solamente un interés cognitivo". Para este investigador idealizado, el mundo social "no es el teatro de sus actividades sino  sólo el objeto de su contemplación " ( ibid. ,  ) . Y este desinterés debe ser enfatizado " , ya que evita intencionalmente participar en todos los planos , la relación entre medios y fines, motivos y oportunidades, esperanzas y miedos de que el actor utiliza en el mundo social para interpretar la experiencia que él aprehende " ( ibid. : 219 ) . Habría en esto un consenso con el primer modelo.  

La posición de Weber es posiblemente como lo sostiene  Twenhofel ( 1986 ) , más abierta a las motivaciones prácticas  y políticas de algunos investigadores calificados que la de Schutz , que reproduce una perspectiva científica estricta . En este sentido, constituiría  una variante interna, pero se mantiene dentro de este modelo si se la compara con los otros dos: uno insistiendo en la mirada desde afuera y el otro poniendo en cuestión la dicotomía contemplación /  acción y la idea de  neutralidad.

En comparación con el primer modelo, hay una cierta ambigüedad en la actitud a adoptar frente  al sentido común. Las ideas de  neutralidad y contemplación sugieren una ruptura con el sentido común. Esta parece ser la posición de Schutz . Por otra parte , el reconocimiento de las preconstrucciones del sentido común como constructos esenciales de primer grado con los que  el sociólogo debe trabajar con cuidado,  indica la existencia de un vínculo permanente entre estos diferentes tipos de conocimiento.

Si este modelo no difiere notablemente del  primero en cuanto a la idea de la neutralidad,  va a contrapelo en otras cuestiones. Se prefiere la perspectiva desde “adentro” , los datos cualitativos y la causalidad intencional e interpretación. Por último , se valoriza  el reconocimiento escrupuloso de lo que Weber (1922 : 147 ) llama los "  hechos inconvenientes " y la Escuela de Chicago denota con el término " caso negativo. "

La Escuela de Chicago puede ser considerada como una variante diferente - aunque menos pura – de este modelo? La respuesta no es fácil y sólo voy a indicar la dificultad sin desarrollar aún más este problema . Básicamente , esta dificultad gira en torno a la tesis de la neutralidad , por un lado y , por otro lado, las posiciones tomadas por la escuela en un campo específico de estudio: la sociología de la desviación.

Digamos que, consideradas en su conjunto y sin distinguir los períodos  de evolución , la escuela de Chicago no cuestiona fundamentalmente la teoría de la neutralidad científica e insiste  de manera incisiva en la necesidad de tener en cuenta el punto de vista de la actores sociales que se  estudian , ya sea que estos actores sean los " perdedores " o  los " ganadores ", para usar las palabras de Gouldner ( 1968 : 104 ) . Aquí es donde se acerca en términos generales tanto a  Weber como a Schutz . Sin embargo, esta posición de  base metodológica se ha  acompañado de una valorización no menos importante  de la "apertura" y los puntos de vista  "complementarios" , incluso en busca de una "visión de conjunto" (all around  ) [ Blumer , 1969 : 40-41 , 441. Esto indica  la articulación de una perspectiva desde el interior con una mirada exterior. El análisis ecológico y la confrontación  del punto de vista del “desviado” con la de los expertos  o con los asuntos institucionales, son ejemplos de esta articulación. Esto se puede hacer como parte de la misma investigación o como un ensamble  de investigaciones  "unilaterales " (one sided)  Esta complementariedad se considera también como un medio para lograr la objetividad  o para conseguir un tipo de neutralidad en el final del proceso ( Becker , 1967 ) . La Escuela de Chicago incluso ha sido acusada, sobre todo a finales de los años 60 y en la primera mitad de los años 70 , de no ser lo suficientemente crítica y no denunciar públicamente  las diferentes formas de  dominación, incluyendo las relaciones de género [13]. Visto así, el modelo de la Escuela de Chicago tiene sus raíces en el segundo modelo con aperturas sobre el primero.

Por otra parte, en su práctica de investigación  en el campo de la sociología de la desviación, la escuela de Chicago da preferencia empírica a la perspectiva del de “abajo”, es decir al punto de vista del desviado. Además , se desprende de algunos estudios, como el de Selllin (1938) y el de  Shaw y McKay ( 1942), una intención de luchar contra las interpretaciones racistas de la criminalidad.[14] Algunos investigadores interaccionistas  han integrado también  la perspectiva feminista , y en este sentido , se han apartado  en gran medida del compromiso de neutralidad[15]. Esta escuela parece también poner  entre paréntesis, al menos en cierta medida, la tesis de la neutralidad y esta ambivalencia se refleja también en el estudio teórico de Becker ( 1967 ) sobre esta cuestión. Esto resulta en una articulación de la mirada “desde adentro” con la de “desde abajo” . Vista de esta manera, la Escuela de Chicago sería una variante del segundo modelo que contiene elementos de los otros  y posibilita una e articulación entre ellos.

El tercer modelo :La valorización del tomar partido y la observación desde abajo


El tercer modelo de búsqueda de la verdad deriva de una lectura marxista del pensamiento de Hegel y favorece una manera aparentemente paradójica para alcanzar un conocimiento objetivo : iluminada desde  "abajo " de la escala social ,  es decir , una mirada que asume como punto de partida explícito una forma de toma de partido. Este modelo es entonces portador de una  pretensión escandalosa  en comparación con los dos anteriores. De acuerdo con este punto de vista , los intereses sociales influyen sobre la objetividad de los sujetos . Más intereses para defender, menor es nuestra capacidad de ver las cosas como son y  mayor es nuestra propensión a alejarnos  de la verdad. Se sostiene entonces, la necesidad de adoptar voluntariamente una mirada comprometida que se define en función del punto de vista  de  quien está en situación desventajosa. Este sesgo es entonces un sesgo-anti-sesgo, una vacuna destinada a inmunizar el conocimiento contra el germen correspondiente Este "sesgo de la perspectiva dominada " aplicado cuidadosamente, tendría un efecto correctivo , susceptible de ser contrapuesto  a otros sesgos   perspectivistas.

Una de las primeras justificaciones teóricas de este enfoque tiene su fundamento en la Fenomenología del espíritu (1807 ) Hegel , cuando  expone la relación entre el amo y el  esclavo, o más precisamente, la dialéctica entre la dominación y la servidumbre[16] . El argumento   transpuesto a nuestro problema se puede resumir así: las condiciones de vida de un grupo determinan su forma de comprender y de ver el mundo social.  La idea central es que “lo que nosotros hacemos modela y limita lo que podemos conocer " ( Harding, 1987-185 )  sobre todo si se emplean los  ojos del amo. Según este argumento , si comparamos el punto de  vista del amo con el del  esclavo en relación a  las condiciones de vida en  su sociedad,  se está  obligado a concluir que ellos no “ven” la misma cosa, que el amo tendrá, por diferentes razones tendencia a enmascarar y a justificar la opresión y que el esclavo tendrá, por el miedo, la servidumbre  y el trabajo una  predisposición para ver mejor  lo que representa al mismo tiempo, un proceso de transformación del mundo (que se espera  más adecuado para todos ) . Los intereses y los condicionamientos sociales del amo le impiden ver las cosas como ellas serían  "realmente" y producen una falta de interés en el cambio y el gusto por el statu quo.

En reglas generales, en las primeras formulaciones marxistas antes de los años 70 , este modelo retiene del primero,  la preferencia por la causalidad material  y los datos cuantitativos. A estas características se suma una preocupación importante por el análisis histórico. El modelo articula, sin explicitarlo, la mirada  desde abajo con la mirada desde el exterior. En la teoría marxista , por otra parte , se prefirió la visión desde el exterior a la mirada desde el interior y el status teórico de esta última ha devenido  precario : a menudo.  Se supone que se arriesga a la falsa conciencia si se aparta de la mirada teórica desde el exterior. Entonces parece que un cierto dogmatismo teórico ha terminado por encorsetar  la fertilidad de la modelo , porque si la teoría  quería adoptar el punto de vista de abajo , no se  evita que se mire desde lo alto  y así, al no reflejar  adecuadamente el punto de vista interno de los de  abajo , pierde parte de su capacidad crítica y creativa  .

Quizás en parte por esta razón , la demostración del valor de la toma de partido como corrección de otro sesgo de perspectiva no ha sido   suficientemente convincente en el contexto del marxismo. Y este fracaso no es fácil de explicar, dada la enorme contribución del pensamiento marxista a todo el pensamiento crítico en Occidente. Sea como sea,  tomado en su radicalidad , el argumento del modelo - que desde arriba  no se ve nada es hoy es insostenible, pero el argumento radical inverso que las condiciones de vida no afectan  nuestra comprensión del mundo lo es aún más . La posición social puede ser una fuente de sesgo y, en estos casos, adoptar un sesgo opuesto puede ver y corregir el sesgo anterior .

Este modelo ha sido retomado de manera mucho más convincente  y eficaz hacia fines de los años 70 por una de las  perspectivas epistemológicas feministas ,  aquella llamada “el punto de vista de las mujeres " ( feminist standpoint[17] ) . Para mis propósitos , subrayo  que esta perspectiva ha puesto el acento a la vez en el rol del punto de vista desde abajo - interpretado aquí en el contexto de las relaciones de poder entre hombres y mujeres - y en el  punto de vista desde adentro antes que en la mirada desde afuera. El modelo también fue retomado por diversos enfoques - a veces llamado neo marxista , feminista, marxistas radicales, etc . - preocupados por la necesidad de tener en cuenta otras formas de dominación (sexo, raza) y la situación que enfrentan los oprimidos  distinta  la  de la clase obrera (los desempleados , los presos, los enfermos mentales, los jóvenes , las personas con discapacidad, las prostitutas, los ancianos  etc .) . En esta nueva forma , el tercer modelo integra  - o privilegia según el caso - algunos aspectos claves del segundo modelo: la mirada desde el interior , la causalidad intencional y la  interpretación de datos cualitativos. Presenta también una apertura a la perspectiva  desde el exterior y por lo tanto una tendencia a articular con los otros modelos.

Junto con estas tendencias, la historia de la antropología ha mostrado también  claramente la superioridad científica de una toma de partido frente a todos los problemas del etnocentrismo y del racismo ( Miller 1983 : 747 )  Miller sostiene que cuando " fuerzas sociales crean una fuerte presión para alejarse de la verdad ,  la presión de partidarios comprometidos  para cambiar el status quo puede ser  más productivo científicamente que la neutralidad " ( ibid.) . En efecto, dice, " ¿cómo podemos soportar mejor estas presiones [ dominantes ] que  distorsionan de la verdad? " A lo que  responde que " el requerimiento de cultivar  sentimientos anti- racistas durante la investigación podría conducir a una mejor metodología que la propuesta de ser neutral " . El  lazo con la verdad puede ser una defensa suficiente para contrarrestar las presiones sociales difusas hacia  el conformismo ( ibíd. : 748) , pero  un compromiso con el cambio puede ser más importante   y eficaz desde el punto de vista científico , puesto que debe navegar a contracorriente de las actuales normas culturales e intelectuales con respecto a ciertos temas.

A principios de los años 90 , se entrevieron claramente las formas de articulación entre los tres modelos. Baste recordar tres aspectos de esta cuestión . En primer lugar , el feminismo , en su conjunto, ha explorado las tres estrategias diferentes indicadas  aquí , lo que dio lugar a debates internos en el feminismo (y con otras perspectivas) . Esto ha dado lugar a ajustes progresivos en el tercer modelo y  trabajos muy interesantes , sobre todo en la confrontación del "punto de vista de las mujeres " y los enfoques posmodernos ( Harding , 1986 , 1987 , 1991 , Cain 1990 ; Parent 1997 ) . El feminismo trata en el presente integrar , con algunas correcciones , los tres modelos para la aprehensión de la verdad. Estos enfoques han permitido evitar el riesgo de dogmatismo y preservar la " constante preocupación por la “reflexividad epistémico” , para decirlo con las palabras de Bourdieu ( Wacquant , 1992: 34 ) . Asimismo  la propia Escuela de Chicago ha hecho  - y sigue haciendo  - contribuciones y  aperturas en la integración de los modelos . Por último , un gran número de investigadores , sin etiqueta de una escuela particular  , va en esa misma dirección. Creo que las reflexiones sobre el modelo de una metodología general expresan y se unen a ese  movimiento. La figura 1 ofrece una visión general de los tres modelos presentados .

Las formas de medida y su función “creadora”

La perspectiva  desde el exterior  ha considerado a menudo la medición cuantitativa como un criterio de  cientificidad  en parte debido a que permite dar eficazmente a algunos aspectos particulares de la realidad un cierto grado  de exactitud o precisión. Sin embargo, el investigador debe tener en cuenta que el objetivo es la precisión y  no la medición  cuantitativa ; que  hay por lo menos tres formas de precisión , una teórica[18] y dos empíricas ( cuantitativa y cualitativa ); que es necesario encontrar la forma empírica y el grado de precisión adecuados a los aspectos del fenómeno que interesan, y que la medida ( cualitativa o cuantitativa ) tiene también otras  funciones que la de proporcionar forma y grado de precisión. Debemos tener cuidado de no sobrevalorar la preocupación por la  precisión   empírica en el marco de la actividad científica como un todo, ya que ocupa un lugar  secundario en relación a la  profundización del “sentido del  problema" ( Bachelard 1938 : 212-216 ) . En efecto dice Bachelard , " la preocupación por  la precisión también llevó a  algunos espíritus a proponer problemas  insignificantes" ( ibid. : 215 ) .
Figura 1
e En relación al grado de la  medida cualitativa o cuantitativa , hay que  evitar los excesos y no sólo deficiencias . Podemos decir con Bachelard que " el exceso de precisión en el reino de la cantidad se corresponde exactamente con el exceso de  pintoresquismo  en el ámbito de lo cualitativo. La precisión numérica es con frecuencia un derroche de números, como lo pintoresco   es , para citar a Baudelaire,  un derroche de detalle ' " (Bachelard 1938 : 212-213 ) . El investigador debe resolver aquí el problema de la medida apropiada de  las (formas de ) medidas . La precisión entonces puede ser ilusoria o engañosa . Más allá de esta cuestión , no hay que perder de vista otros aspectos importantes de la medida, sea su función creadora o de descubrimiento y su función reflexiva . Estas dos últimas funciones de actividades humanas mucho más extensa, ya que, para citar de nuevo Bachelard (1934 : 7), " si la actividad científica mide,  es preciso razonar; si razona es preciso medir  " .

Me propongo explorar esas dos funciones,   Comenzaré citando otra frase de  Bachelard  quien afirma : "Es necesario reflexionar para medir y no medir para reflexionar " ( Bachelard , 1938. 213 ) Si saqué deliberadamente esta frase de contexto es porque entiendo que  Bachelard tiene a la vez razón y está equivocado . Está en lo cierto, ya que cualquier actividad de medición requiere una reflexión previa sobre lo que se quiere medir y el significado que esta medida puede tener , en la ausencia de esto  operamos en el vacío de medición. Pero si consideramos esta afirmación en su radicalidad , sería un error , ya que, como señala Moles ( 1990 : 43 ) , la medida está para el que explora su objeto in statu nascendi - en estado de nacimiento  - una forma de crear una nueva idea y de contrarrestar los primeros impulsos de su subjetividad . Como subraya  Moles,  medir es una manera de reencontrar la " extrañeza creativo. " Cuando el investigador se está quedando sin ideas, cuando no sabe qué hacer con su objeto, la medida aparece como una forma de crear una nueva idea. Es por esta razón que el director del laboratorio a menudo sugiere a los jóvenes investigadores medir para  " ver venir ", y medir todos los aspectos posibles del fenómeno que él quiere estudiar ( ibid.) : hay aquí " la vaga esperanza - pero a menudo realizado - que al fin de cuentas  emergerá  de esta familiarización distanciada, una idea que permita tomar una parte del fenómeno de manera operacional. " El consejo es en apariencia sorprendente, ya que toma la dirección opuesta: invitamos al  analista a medir  para reflexionar y obtener ideas.

Por supuesto, esto no quiere decir que no debemos pensar para medir, sino simplemente que la medida también tiene por efecto  acercar  la reflexión y crear un espacio propicio para la creatividad. Se trata de dos momentos diferentes, pero complementarios de la actividad de medida . Aquel o aquella  que ha hecho  investigación cuantitativa conoce bien esta etapa en la que  se construirán varias tablas , se cruzarán  variables de diferentes maneras  , para darse una idea . Esta operación de puesta en escena de  diferentes variables supone sin duda una reflexión que se realiza en el curso mismo de la acción de medir, pero ella engendra a su vez la ocasión de otra reflexión a partir de los datos así expuestos. Igualmente aquel o aquella que ya ha trabajado con técnicas cualitativas ha vivido la experiencias de “ver” aparecer un costado particular  de su objeto o una pista nueva  nueva sobre su objeto  después de estar en el campo  o haber realizado una o dos entrevistas. En el curso del análisis de un material cualitativo se manifiesta la misma función.  ¿Por qué sucede esto ? Debido a que la medida permite  efectivamente  tomar  distancia con respecto al objeto, o, si se prefiere,  crear las condiciones que inciten a  explorar el objeto  con curiosidad más que precipitarse contra él con una pre-respuesta o una expectativa demasiado específica.

La medida tiene entonces  el efecto de abrir un nuevo espacio entre el investigador y su objeto,  o introducir - para usar aquí una magnífica imagen de Simmel (1908 : 57) - "un elemento de frío " en el calor de la relación entre el analista y su tema. Este “elemento de frío" no es ciertamente  milagroso : no elimina todas las prenociones  del investigador , sino que proporciona las condiciones para descartar  sin duda una cantidad de ellas,  porque si es  curioso , atento y preocupado por la creación de una idea, el puede hacer aparecer algo en lo que no había pensado o introducir una duda sobre lo que había creído. En este sentido, la medida puede ir en contra de algunas prenociones o al menos de cierto número de  expectativas.

Cuando Moles o Bachelard hablan de medida, dan un sentido estadístico a esta  palabra. Yo adopto más bien  el camino sugerido por Houle ( 1982 : 5 ) que restituye a la noción de medida un sentido más amplio Podemos hablar de una medida cualitativa cuando se basa en  materiales cualitativos. Además , quiero subrayar en  que hay por lo menos dos estrategias para lograr esta “familiarización  distanciada "que caracteriza a la medida en un sentido  amplio  ( cuantitativa y cualitativa ) : una que tiende a alejar el  objeto dando una descripción mediante números y uno que tiende a alejar  el sujeto o , mejor aún , hacer interiorizar el objeto  mediante la descripción de las letras . Habría por lo menos dos medios : el que  Moles ( 1990 : 44 ) llama el "juego de la magnitud  " o la medida de la extensión y el que yo llamo el juego de roles o de medición de la escucha, es decir, ponerse en el lugar del otro – en sentido material o metafórico- para escuchar mejor, observar o dialogar .

Estas dos estrategias tienen las mismas funciones epistemológicas: sirven para neutralizar ciertos aspectos de la subjetividad del investigador , ciertas pre- respuestas al problema , y para crear un espacio para el surgimiento de una nueva idea en el curso de la actividad de investigación. De hecho , podemos "cazar" algunos impulsos o respuestas primarias  al menos de dos maneras : empujar  el objeto lejos de nosotros por el juego de la magnitud o , por el contrario , atraerlo hacia nosotros  por el juego de los roles . En este último caso , el investigador expulsa algunos aspectos de la subjetividad rellenando el espacio (metafórico)  de su subjetividad con la  presencia fenoménica del objeto-sujeto . Es por este relleno, por impregnación, por un esfuerzo de desplazamiento que se abre la puerta a la creatividad y a la reflexión teórica. Alejando el objeto para la medida cuantitativa,  el investigador “ve” de manera diferente el objeto,  atrayendo el objeto hacia sí por el esfuerzo de ponerse en el lugar o en el contexto del otro, el “ve” de manera diferente ese objeto. Este otro tipo de ejercicio que se efectúa en un movimiento aparentemente opuesto, resulta en un mismo efecto epistemológico. Por lo tanto , hay dos palabras claves para calificar el distanciamente de la sujetividad: la lejanía y la interiorización (o cambio de rol ) .
Tanto la medida de la magnitud como la medida del rol (o escucha) permiten  "esperar y ver" . Estas medidas son a la vez   resultado de la reflexión   teórica y la fuente de una nueva reflexión teórica o de una reflexión renovada. Para precisar, podemos decir que la primera es generalmente representada por el hacer  del  físico , lo que no significa , ni mucho menos, que no sea adecuada para las ciencias sociales;  la segunda, por el enfoque del antropólogo que deja a otra cultura o la cultura del otro entrar en él.. No me refiero aquí, por supuesto , a las disciplinas , sino al tipo de espíritu de esas dos estrategias  de producción de objetivación . Se ve bajo este ángulo que los investigadores cualitativos y cuantitativos trabajan de manera análoga y que las dos formas de medida tienen las mismas funciones epistemológicas centrales, más allá de sus diferencias  técnicas. En este sentido, la medida tiene la doble función de explorar reflexionando y de reflexionar explorando. No hay  una demarcación clara entre estos dos términos.

Las “disgresiones sobre el extranjero” revisitadas


Se debe a Simmel (1908 ) una de las páginas más bellas de la sociología concerniente al esfuerzo de objetivación . Se puede ver las líneas siguientes  como la presentación de un cuarto modelo que no anula los  precedentes, porque  ellos  recubren permanentemente las opciones disponibles  (con correcciones ) según los objetos que se dan . Pero se puede ver también como un modelo sintético más heurístico y susceptible de expresar una una visión general de la metodología.  Propongo aquí una relectura libre del texto de  Simmel, " Disgresiones  sobre el  extranjero. "

Simmel construyó su metáfora de  objetivación en torno a la imagen del extranjero. Para él , el extranjero se distingue de un simple viajero que es aquel que arriba un día  y parte al día siguiente. El viajero es aquel que no tiene un punto de anclaje particular, que no tiene compromiso con nada ni con nadie. Es el ideal mismo del personaje neutro, que no transige con nadie o con nada en particular. Este es el ideal del carácter neutral. Pero este personaje no tiene aquí el mejor papel.. El extranjero en cambio  es el  que ha llegado hoy y se quedará mañana. Vino para quedarse, y aunque  no prosiguió el  camino,  no ha abandonado por completo su libertad de movimientos. Simmel caracteriza también al extranjero por  otros dos rasgos típicos  que no considero  esenciales para el uso teórico de la metáfora. El extranjero se une a un grupo determinado en el espacio y no forma parte del grupo desde el principio. El anclaje espacial no me  parece para mis propósitos, una característica importante. La no pertenencia al grupo, en cambio, no puede ser abandonada sin retener  un elemento importante para  Simmel y la propia eficacia de la metáfora: el hecho  que no esté a “remolque” de la perspectiva de un grupo. En efecto , Simmel sitúa al  extranjero entre dos polos típico-ideales : por un lado, el viajero externo  y sin compromiso y , por el otro , el miembro incondicional y totalmente identificado con el  grupo. Eso que  " salta a la vista " para el miembro incondicional , para utilizar la imagen de Lacan en " El seminario sobre " La carta robada ". Pero, ¿es posible tener en cuenta, en esta metáfora , a la mujer o al investigador étnico que, aunque pertenece al grupo desde el principio , no juega el papel del miembro cuya proximidad en relación al grupo es tal que la perspectiva “le salta a la  vista”? Creo que sí, pero es necesario entonces imaginar que el extranjero- llamémosolo todavía así-  puede ser miembro de su grupo desde el principio, pero a condición de que le sea dada la capacidad de viajar. Ese puede ser el caso, por ejemplo, del que ha sido extranjero  en otras oportunidades y  ha aprendido a tomar alguna distancia en relación a su grupo de origen. En efecto aparece todavía en el texto de Simmel otra caracterización del extranjero. “El es la unidad de la distancia y la proximidad” ( Simmel, 1908:53 ) Esta unidad, destaca Simmel, está presente en toda relación humana , pero ella se organiza aquí de una forma particular. Simmel parece decir que, en realidad no existe el  viajero puro ni el “perteneciente” puro. Pero  hay algo especial en el carácter del extranjero que sigue siendo importante y que no debemos perder de vista : su movilidad ( ibid. : 55 ), su capacidad de viajar, su elemento frío .
El personaje del extranjero está constituido por  componentes de integración y de oposición:  Simmel (1908 : 54 ) dice que el extranjero  es un miembro del grupo ", y al igual que los pobres y los diversos,  “enemigos  internos” , un elemento en el que    la posición interna y la pertenencia implican a la vez la exterioridad y  oposición " . ¿Quiere decir que es esta  posición interna la que lo distingue de los otros miembros del grupo? parece que sí, ya que  pertenece al grupo de otra manera . Y esta posición interna es a su vez caracterizada por el elemento de frío que  el status particular de extranjero (como el de los pobres y otros “enemigos del interior) le otorga. Un elemento en el cual la posición interna y la pertenencia implican a la vez exterioridad y oposición. Porque,  como el  pobre y el opositor potencial , él no esá allí solo para decir “amen” ("sí , que así sea ") . La función (auto)crítica indispensable al pensamiento científico encuentra aquí un  lugar importante. Por supuesto, a pesar de este elemento de frío, el extranjero es también un amigo y un aliado . Preocupado por el grupo y habitado por el deseo de transformar el mundo de manera  de manera más interesante y  apropiada para la vida  humana .

Simmel (1908 : 55-56 ) ve la  objetividad como una combinación de proximidad y  distancia, la perspectiva del interior y del exterior , así como la mirada desde abajo  (el pobre) y de la solidaridad (el  amigo, el aliado ) . El esfuerzo de  objetivación requiere entonces: en primer lugar, el compromiso y el interés por  el grupo y, a continuación , la distancia en relación a las particularidades del grupo o al menos algunas de sus parcialidades. Simmel escribió que el extranjero " se mantiene a  la distancia con la actitud específica de la objetividad,  que no indica el descompromiso o el desinterés , sino más bien el resultado de la combinación particular de proximidad y la distancia , la atención y la indiferencia " . La objetividad no es entonces sinónimo de neutralidad o desinterés . Pero estar comprometido e interesado  - es decir  no ser neutro - no implica , en el contexto de esta combinación particular , ponerse a remolque  del grupo o aceptar todo  a partir de un punto de vista dado .

Simmel nos reserva más sorpresas : " La objetividad no se define en ningún caso como ausencia  de participación , de lo contrario estaríamos siempre fuera de la relación, sea ella objetiva o subjetiva . Este es un tipo particular de participación , similar a la objetividad de la observación teórica . " ( Simmel, 1908 : 56 , )  ¿y cómo ve esta " observación teórica "? De la misma manera que " ella no supone que la mente sea una tabula rasa sobre la cual las cosas inscriben sus caracteres , sino que está en pleno actividad [ ... ]" ( ibid.), ella  no requiere la no participación . Pero el investigador que hace un esfuerzo de objetivación ·no está retenido (conscientemente) por ningún  tipo de compromiso susceptible de  hacerlo prejuzgar lo que percibe,  lo que comprende  o de  su valoración de los datos " ( ibid.)  En resumen, la objetivación  no es incompatible con la participación, sino solamente con la participación apologética.

No hay una ruptura  simple entre teoría y práctica o entre las ciencias  básicas y aplicadas : toda ciencia (social) participa , nos guste o no, puesto que sin participación podríamos decir extendiendo el  pensamiento de Simmel , no hay objetividad ni subjetividad , en definitiva, no hay investigación alguna. Pero hay que buscar la forma más aceptable y valiosa  de participación que consiste en mantener la libertad para viajar o moverse ( sobre el plano del conocimiento  y del tipo de acción ) . Además , la estrategia de la tabula rasa cede paso a una estrategia activa del espíritu  que despliega su conocimiento y su actitud participativa- crítica. He aquí el rol  específico del  - investigador extranjero : "Es más libre práctica y teóricamente ,  examina las relaciones con menos prejuicios , las somete a modelos más generales  , más objetivos , no se obliga por sus actos a respetar la tradición , la piedad o sus predecesores . " ( Simmel, 1980 : 56 ). Notemos  que Simmel dice " más objetivo "," más libre " , etc . El hace referencia  a una libertad práctica y teórica . Se puede interpretar esta última como  incluyendo la capacidad de separar se, si es necesario , en diversos grados , de una única perspectiva epistemológica , de una única  manera de concebir los  diferentes objetos , de una sola corriente teórica y de un solo  tipo la investigación empírica. Se debe estar   dispuesto a viajar en todas las direcciones . En fin , poniendo el acento en los actos del  investigador , nos hace ver que nuestros compromisos son esenciales.

Al final de estas reflexiones , podemos ver lo difícil que es encontrar una imagen o incluso una expresión  para caracterizar esta estrategia de conocimiento que promueve una mirada lista para viajar o aportar  un elemento frío. Simmel lo asocia con el status teórico de extranjero. Para él,  el extranjero es el personaje que mejor expresa esta  relación de conocimiento que  " comporta una dimensión de  distancia y una dimensión de  proximidad" , y sobre todo una combinación particular de estas dimensiones y una tensión mutua ( Simmel , 1908 : 58 - 59 ) . Hoy en día, uno puede preguntarse si la imagen del extranjero es la única manera , o incluso la mejor manera de expresar esta relación de conocimiento . La perspectiva feminista "del punto de vista  de las mujeres", por ejemplo , ha elegido  la imagen de la identidad y proximidad. Se presenta  un problema. A  partir de los aportes de Simmel, pareciera que existen dos posibles entradas : la distancia o proximidad. Para caracterizar su metáfora, Simmel adoptó la idea de la distancia, ya que es la que predomina en la  condición de  extranjero: él no nació en el grupo, el no está allí desde el principio. De donde viene también la necesidad de caracterizar al extranjero por esa ausencia originaria, nativa. Sin embargo, nada impide decir que este elemento , la ausencia originaria es fortuita para Simmel . En efecto , lo que importa es la " combinación particular " y la "tensión mutua que produce esta relación " ( ibid. : 59 ) . Entonces, ¿podemos también caracterizar esta combinación más bien por el polo de la proximidad (a condición de conservar  el elemento de frío) ? Porque el extranjero es, después de todo , el amigo y aliado que  está ahí y que estará al día siguiente. Su "extranjeridad " es menos un atributo  ontológico, su esencia, que el  fruto de una relación : él es un extranjero como el   pobre y otros " enemigos internos " – que sin embargo  son miembros orgánicos del grupo - son también extranjeros. Su extranjeridad proviene de este elemento de frío que le da esta triple  libertad que el miembro incondicional del   grupo no  posee de esa manera o al menos en ese grado:  la libertad política de ir y venir a propósito de las orientaciones políticas del grupo , la libertad ética de considerar gradualmente otros grupos oprimidos ( más allá de las semejanzas) y avanzar hacia un humanismo integral susceptible de incluir  la humanidad como un todo;  la libertad de conocimiento (teórico ) susceptible de introducir distintas   formas de demarcación. Demarcación contra los dogmatismos que  limitan la reflexión teórica y la libertad del investigador para "ir a otro lugar " y cuidarse de lo que Bourdieu denomina el "prejuicio intelectualista " , es decir la tendencia a concebir el mundo como un espectáculo ( a contemplar ) "en lugar de problemas concretos que requieren soluciones prácticas " ( Wacquant , 1992 : 34 ) .

La perspectiva feminista "del  punto de vista  de las mujeres " ha llevado a otra manera de concebir una estrategia similar de  conocimiento , enfatizando  la otra entrada de la relación : la proximidad , la vista desde el interior, verlo como punto de partida . De hecho, es posible re-escribir el artículo Simmel sin traicionar el fondo de su pensamiento , destacando esta vez  el carácter de simpatizante crítico o de pertenencia crítica en lugar de la del extranjero . En la medida en que el debate feminista ha progresado, se ha tomado conciencia que los dos polos - la identidad y la diferencia - no eran necesariamente antinómicos , sino que deben ser  parte de un proceso unitario de conocimiento fundado  sin embargo en el sesgo de pertenencia que no abandona las tres formas de la libertad: política, ética y cognoscitiva. Esto nos lleva a lo que Parent ( 1997 ) ha llamado muy bien una "parcialidad  crítica ": para mirar dentro del grupo es necesario permanecer abiertos y autocríticos frente a los contenidos  que se prejuzgan  o se elaboran  como conocimiento y como solución práctica , a excepción de la simpatía fundamental. Se encuentra así, articulado en el polo de la proximidad , el  elemento frío que Simmel concebía  como un espacio de autonomía de la pertenencia , como la alteridad en la unidad fundamental . Además, en cuanto a Simmel la extranjeridad  no es ontológica (esencial ) , sino más bien el fruto de una relación (ya que existe en el pobre - nativo),  para el feminismo de más en más el  " punto original " no es esencial  sino relacional : las mujeres o los hombres pueden tomar este punto  ( relacional) de origen, que se transforma en un punto de partida. Una vez más, lo que nos hace o no parte del grupo desde el comienzo, no es una característica fundamental: si viene de afuera ( en el marco  de una relación hombre- mujer) o , por el contrario  de adentro ( por su inscripción socio- histórico como  mujer ) , es necesario mantener la relación y la capacidad crítica para movilizarla .

Vemos que la contribución feminista modifica la imagen y adopta el otro polo de artculación,  pero no se disocia radicalmente de la concepción de Simmel del proceso de objetivación incluidos los márgenes de libertad y momentos internos de la demarcación. Nos  muestra que  no hay  necesidad de sostener la extranjeridad y la  neutralidad para  producir un buen conocimiento; se  puede también apoyar sobre  la proximidad o proclamar la parcialidad. Pero tanto en un caso como en el otro, ninguno de los polos es suficiente por sí mismo, porque en esta hipótesis, como lo remarca Simmel (1908 : 56 ) , " estaríamos  fuera de la relación , ya sea subjetiva u objetiva  " Para que  la relación exista y sea positivo , es necesario desplazarse  al otro polo ,  sin que, paradójicamente , se es ni verdaderamente  extranjero ( según la definición de Simmel ) ni realmente simpatizante ( en el sentido  feminista ) .

Esta estrategia , en el plano  metodológico, ha dado lugar a recomendaciones para tratar de adoptar en diferentes momentos y por cualquier medio , un movimiento de ida y vuelta entre la perspectiva interna y perspectiva externa o un enfoque que introduce el elemento frío. Foucault ( 1984 : 574) también recomienda, en lo que respecta a los sistemas de pensamiento , buscar  una "actitud límite ",   “escapar de la alternativa de fuera y por dentro ", porque se  " debe estar  en la  frontera " " . También vemos que el pensamiento científico y las tomas de partido no pueden ser consideradas como estando en las antípodas : ​​están relacionados. La Figura 2  ilustra el modelo propuesto.






Hacia una concepción general de la metodología
en ciencias sociales



Actitud mental
(hacia el pasado )

Actitud mental
(hacia el presente y el porvenir
)
Demarcación con ciertos aspectos del sentido común y del conocimiento científico
Buts
 

OBJECTIVACION,
EMANCIPACION
y BUSQUEDA DE LA
 CREATIVIDAD

Responsabilización en la perspective  de la emancipación y  de applicaciones prácticas


Examen del rol de las instituciones en la preconstrucción de los  objetos
Retono al sentido común y  desdogmatización de la ciencia

Estrategia


-    Esfuerzo de objetivación (y compresión por el empleo   autocrítico del sesgo)
-    Posición epistemológica en función de los objetos : objetivación  por alejamiento  o por interiorización (capacidad crítica de escucha y cambio de rol) ; « perspectiva en las fronteras »
-    Puesta en contexto crítico y crítica institucional
-    Apertura a un conjunto diversificado de datos (cifras  o letras)



Conclusión: algunas aclaraciones sobre la investigación cualitativa


Sabiendo cómo los métodos de investigación constituyen una parte extremadamente diversificada  y variable en la historia de la ciencia, identificar y  caracterizar globalmente la  llamada "investigación cualitativa" aparece   como una tarea paradójica  y condenada desde el inicio al fracaso. De hecho, podemos decir a este respecto lo que Tonnelat ( 1971 ) escribió sobre la historia del principio de la relatividad : la noción misma de la investigación cualitativa  "parece cada vez más relacionada con lo que se deduce que con lo que la precede. " Bernier ( 1993 : 31 ) ve en la  que la vaguedad del término implica cualquier cosa que " nos sirve más de lo que  no nos sirve . "

Por ello no es de extrañar que el investigador cualitativo se encuentre a menudo confundido intentado caracterizar de manera global el  enfoque al que  él mismo  adhiere . Víctima de la velocidad en  la que las cosas evolucionan, o la miopía causada por su propia investidura epistemológica y disciplinaria, e instalado en una posición defensiva en guardia contra los prejuicios positivistas ,  transmite en múltiples ocasiones una caracterización parcial de la investigación  cualitativa en su conjunto. Y lo hace porque está  especialmente motivado, porque  algunos investigadores cuantitativos transmiten una caracterización estereotipada de su práctica de la investigación. Por estas razones, conviene hacer   una breve puesta a punto  de algunas tesis sobre la investigación cualitativa.

La tarea es encontrar la manera menos  mala y lo más precisa posible   para designar lo que es. Lo absurdo de este ejercicio se hace evidente cuando nos preguntamos por qué no tratamos de caracterizar así la investigación cuantitativa. En relación a ella, nos  parece satisfactorio  un concepto vulgar de " cantidad" o " cifras " y una representación abierta e imprecisa de lo que es. Las cifras son evidentes; las letras  requieren  una caracterización y justificación. Y, sin embargo, si llevamos a cabo el mismo tipo de exigencia a la investigación  cuantitativa, nos damos cuenta rápidamente de que los problemas de caracterización son rigurosamente del mismo orden. De todos modos, a fin de evitar todo  cierre escandaloso del  alcance de lo cualitativo, he optado por proponer progresivamente  una representación de esta práctica de investigación por la negativa , es decir, por la deconstrucción de una serie de declaraciones erróneas o demasiado cerradas

En primer lugar, permítanme decir que yo tengo, como otros, una concepción general de la  metodología de las ciencias sociales ( Pires , 1985 ) . En esta perspectiva, no es correcto decir que hay una metodología cualitativa o cuantitativa: no hay investigaciones cualitativas o cuantitativas ( o ambas a la vez ). La metodología es una sola, y las grandes preguntas de orden metodológico conciernen tanto a las investigaciones cuantitativas como a las cualitativas ( ibid. ). Por supuesto, una serie de cuestiones y de estrategias  específicas se aplican a una determinada técnica de la observación empírica , muestreo o modalidad de tratamiento de datos, etc . Pero esto no constituye  en sentido estricto una " metodología aparte " .

Por la misma razón , yo no asimilo  la metodología a un marco teórico particular , aunque algunos marcos teóricos parecen ser privilegiados ocasionalmente para  algunas decisiones metodológicas ( por lo general más orientadas a la construcción teórica que  a la  observación empírica propiamente dicha ) . Por lo tanto, no existe una metodología específicamente marxista , funcionalista , feminista, interaccionista , etc . si nos  referimos  a las grandes cuestiones de la relación entre las teorías , técnicas de observación y datos empíricos. Harding ( 1986 ) ha mostrado, por ejemplo , que el feminismo adopta diferentes perspectivas epistemológicas y privilegia , según corresponda,  diferentes técnicas de observación empírica que por otra parte son las mismas que en otras perspectivas teóricas. Esto no quiere decir que el feminismo no ha hecho aportes a la metodología de las ciencias sociales. Y podemos decir lo mismo del marxismo , el interaccionismo , etc .[19] Bien entendido, podemos legítimamente hablar de la metodología marxista , etc . , pero entonces  le damos  al término un significado distinto . Para mí, la metodología se refiere a una reflexión transteórica y trans – disciplinar de la práctica de investigación.

La primera pregunta es saber si la investigación cualitativa se caracteriza por una única posición epistemológica. En resumen , ¿es  ella necesariamente constructivista o  subjetivista ? Formulada así  la pregunta , se da a  entender que la investigación cuantitativa es , por el contrario , positivista , realista o objetivista . Más allá de la dificultad de definir operacionalmente estos términos, uno se da cuenta de inmediato de que la respuesta es negativa, porque  podemos encontrar sin ninguna dificultad en ambos tipos de investigación ,  especialistas que adhieren a diferentes  opciones epistemológicas : se puede ser constructivista y cuantitativo y  realista y cualitativo. Se puede no identificar con ninguna de estas posturas. Es que las técnicas de la observación empírica y la naturaleza de los datos ( cualitativos o cuantitativos) tienen una autonomía relativa en relación a los diferentes encuadramientos teóricos y  epistemológicos : son más flexibles epistemológicamente que lo que se  reconoce frecuentemente ( Pires, 1985 : 68 ) .

Ciertamente, algunas perspectivas epistemológicas han puesto especialmente en valor  uno u otro tipo de datos, lo que ha llevado a los investigadores a asociar erróneamente el uso de  esos datos con la axiomática epistemológica: las cifras se asimilan al  realismo y las letras  al constructivismo . Incluso el hecho de dar cuenta del punto de vista de los actores no es suficiente para caracterizar toda investigación  como " constructivista ",  todo depende de cómo se refleja este punto de vista y que estatuto epistemológico se da a los  resultados .

Pero, ¿podemos caracterizar la investigación cualitativa mediante el uso de una técnica especial de recolección de datos? Una vez más, la respuesta es negativa. Se pueden hacer observaciones directas, entrevistas y estudios de documentos y traducir todos nuestros resultados en términos cuantitativos. La encuesta  es generalmente una técnica adaptada para la investigación cuantitativa, pero una entrevista muy estructurada no difiere esencialmente de la encuesta  y se puede utilizar en un estudio cualitativo . Si la técnica de recolección de datos no se caracteriza como  cuantitativa o como o cualitativa , no se debe suponer sin embargo  que los dos tipos de investigación son intercambiables. Cada  forma ( cuantitativa o cualitativa) de medición o de  material empírico tiene límites teóricos ( más allá de sus límites prácticos ) con respecto a diferentes aspectos de diferentes objetos , aunque nunca sabremos determinar con antelación  las fronteras precisas de un tipo de material o de un tratamiento  cuantitativo o cualitativo de datos, ni  su   campo de posibilidades . Pero es necesario ser consciente del hecho de que estos movimientos de expansión y de progreso no van en el sentido de una sustitución de un tipo de material o de medida por otra. Una cierta lectura de la historia de las ciencias naturales ha hecho  creer que el avance del conocimiento implica la sustitución de las letras por  los números. Del mismo modo, el redescubrimiento del valor científico de la "palabra" en los años 70 ha llevado a algunos a anunciar , en el fuego del entusiasmo , el  "fin de las cifras" en las ciencias sociales . Pero no hay indicio serio de desaparición de una u otra parte. Y si ese fuera el caso, hay que interpretar esto como una pérdida para todos, y no como un signo de progreso. Es mejor ver los campos de aplicación y la pertinencia de las letras y los números no como absolutamente ilimitados e intercambiables, sino  como infinitamente limitados y sólo de vez en cuando susceptibles de  cubrirse parcialmente ( Pires, 1987 88-95 ) .

Entonces, ¿podemos caracterizar  que la calidad ( o cantidad ) se refieren  exclusivamente al objetivo de la   investigación? Por ejemplo , se puede pretender que la investigación cualitativa sólo sirve para describir o explorar algunos aspectos de la realidad , pero es incapaz de explicar o proporcionar evidencia empírica , ya que sólo la investigación cuantitativazo  puede hacer? Es contra este prejuicio científico que los investigadores cualitativos han tenido que luchar desde la reanudación de los debates después de la puesta nuevamente en agenda  de las discusiones sobre lo cualitativo y lo cuantitativo en los años 60. Lo que importa no es el tipo de datos que se utilizan , sino como se construye la investigación: la investigación " bien construida " ( Bourdieu ) tienen una larga vida o contribuyen a hacer  avanzar nuestro  conocimiento ; las otras,  cuantitativas o cualitativas, agregan obstáculos a una mejor forma de ver o de intervenir. En la  medida en que las investigaciones cuantitativas así como las cualitativas están abiertas a diferentes objetivos del investigador y pueden participar plenamente en este objetivo  de"  desarrollar una comprensión de la realidad , de alguna manera empíricamente valida " ( Gulb com. , 1996 : 8 ) tanto las unas como las otras permiten describir,  comprender, explicar o evaluar: se puede llevar a cabo la investigación exploratoria del tipo  "pre- investigación " o investigaciones independientes, etc.

Por último , desde un cierto ángulo , la investigación cualitativa , como tal, no se caracteriza más que por el hecho de ser constituida fundamentalmente  a partir de un material empírico cualitativo , es decir, no tratado   bajo la forma de cifras, mientras que lo  contrario es la búsqueda cuantitativa. Todos los intentos de definir estas prácticas de investigación más allá de esta forma básica conducen necesariamente a asociarlas a preferencias personales del  investigador o a la  corriente teórica que privilegian. Denzin y Lincoln han propuesto recientemente la siguiente definición: " La investigación cualitativa pone el acento sobre  una multiplicidad de métodos, que implican un enfoque interpretativo o naturalista en relación a su objeto de estudio . Esto significa que los investigadores cualitativos estudian las cosas en su   contexto natural, tratando de atribuir un  sentido o de interpretar el fenómeno según  los significados que las personas les dan . " (Denzin y Lincoln, 1994 . 2 ) Es evidente que esta definición es errónea desde un punto de vista descriptivo y sólo indica las preferencias de la escuela de Chicago para la observación participante , la perspectiva " naturalista " y una estrategia de análisis que favorece o se limita a " mirar dentro " . Las investigaciones puramente documentales ( históricas o de otro tipo) se excluyen por dos razones : no son "multi- método " y no se realizan  en el contexto natural de los actores. También se excluyen los posiblemente las  innumerables investigación cualitativa basadas  ( fundamentalmente , si no exclusivamente) en las entrevistas o historias de vida , etc .

Dicho esto , es posible identificar algunas tendencias en la práctica de la investigación cualitativa , ver algunas características  abstractas globales de estas investigaciones. Es necesario  tener en cuenta que estas tendencias  de investigación  pueden cambiar con el tiempo y de acuerdo a las disciplinas y que estas características generales no están pensadas para distinguirlas en términos absolutos de una investigación cuantitativa, sino simplemente para orientar en esta materia  al investigador poco o nada familiarizado con  ella
Podemos entonces decir que la investigación cualitativa se caracteriza en general por: a) la flexibilidad de ajuste durante el desarrollo , incluyendo su flexibilidad en la construcción gradual del objeto de la investigación; b ) su capacidad de ocuparse  de los objetos complejos , como las instituciones sociales y  los grupos estables o aqellos furtivos, evasivos difíciles de asir o que se pierden en el pasado c ) por su capacidad de englobar datos  heterogéneos , según lo sugerido por Denzin y Lincoln ( 1994 : 2 ) , de  combinar  diferentes técnicas de recolección de datos d ) su capacidad para describir en profundidad muchos aspectos importantes de la  cultura y la experiencia vivida ya que precisamente permite (de una u otra manera) al investigador dar cuenta del punto de vista de adentro o de abajo e) por último, su apertura al mundo empírico , que se expresa a menudo por una valoración de la exploración inductiva del campo de la observación , y por su apertura al descubrimiento de los "hechos inconvenientes " ( Weber ) o "casos negativos" . Tiende a valorizar  la creatividad y la solución de los problemas teóricos planteados por los hechos inconvenientes.

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[1] Les expressions sont de Rorty (1994 : 35), qui est un des grands philosophes américains qui soutient cette thèse qu'il appelle « anti-représentationnaliste ». Il désigne ainsi l'interprétation qui, au lieu de voir dans la connaissance (produite par les sciences de la nature) « la recherche d'une vision exacte du réel, y voit plutôt l'acquisition d'habitudes d'action permettant d'affronter la réalité » (ibid. : 7). J'attire ici l'attention sur le fait que cette conception s'articule explicitement à une éthique sociale.

[2] Pour un excellent aperçu sur cette question, voir le rapport de la commission Gulbenkian (1996), désigné ci-après sous la forme abrégée de « comm. Gulb. ». je reprends librement les idées de ce rapport dans les remarques qui suivent.
[3] Pour une vue d'ensemble fort intéressante et accessible de ces débats en sciences de la nature, on pourra consulter l'ouvrage d'A.F. Chalmers, Qu'est-ce que la science ? Popper, Kuhn, Lakatos, Feyerabend, Paris, La Découverte, 1987. Hélas, les sciences sociales n'y sont mentionnées que marginalement et de façon stéréotypée à titre d'exemple de mauvaises théories, l'auteur se limitant à signaler certains reproches usuels faits au marxisme, à la psychanalyse et à la psychologie d'Adler.

[4] Après avoir donné sa définition de fait social, Durkheim (1895 : 103) écrit : « Nous arrivons donc à nous représenter, d'une manière précise, le domaine de la sociologie. »
[5] Voir à cet égard le rapport de la commission Gulbenkian (1996) et le numéro spécial de la revue Social Research, « Defining the Boundaries of Social lnquiry » (vol. 62, no 4, 1995).

[6] Cette question ne se pose à proprement parler que pour les deux derniers sens de la notion d'objet construit. À ma connaissance, on n'a jamais appelé un chercheur constructiviste ou réaliste principalement parce qu'il aurait dit que l'objet de sa discipline est construit ou, au contraire, parce qu'il aurait affirmé l'existence objective de cet objet
[7] Ou encore : « Sans la lumineuse indication d'une théorie préalable, d'ailleurs plus efficace quand elle est plus réelle, l'observateur ne saurait même le plus souvent ce qu'il doit regarder dans le fait qui s'accomplit sous ses yeux. » (Comte, 1839 : 159.) En effet, « notre esprit ne pourrait même les entreprendre [les observations] sans être d'abord dirigé et ensuite continuellement sollicité par quelques théories préliminaires » (ibid. : 313). Pour Comte, « l'empirisme absolu serait non seulement tout à fait stérile, mais même radicalement impossible à notre intelligence » (ibid.).

[8] Que l'on ne se méprenne pas : il y a sans doute des conditions minimales pour se dire « constructiviste » sans créer des quiproquos, mais je ne peux pas développer cela ici. Il suffit de garder à l'esprit que lorsque le chercheur qualifie volontairement son approche, il y a une zone grise entre les appellations constructiviste et réaliste qui l'autorise à s'identifier soit à l'une soit à l'autre (avec des qualifications). Souvent, dans une même étude, les chercheurs prennent des positions compatibles avec le constructivisme par rapport à un point et compatibles avec le réalisme par rapport à un autre.

[9] El mismo razonamiento se aplica mutatis mutandi a los “realistas”
[10] Goode et Ben-Yehuda (1994) auraient procédé exactement de cette façon et Us se désignent comme des « constructivistes contextuels » (ibid. : 96) on modérés (moderate or contextual constructionist) (ibid. : 94).
[11] Twenhöfel (1986) soutient que ces deux auteurs défendent des positions différentes par rapport à la recherche qualitative. Je n'ai pas examiné cette question de plus près. S'il a raison, il s'agirait de deux variantes de ce modèle.
[12] Twenhöfel (1986 : 375-376) interprète Schutz d'une autre façon. À son avis, Schutz fait une distinction plus tranchée entre le modèle des sciences naturelles et celui qui conviendrait mieux aux sciences sociales. Quoi qu'il en soit, ce qui compte pour nous, ici, c'est de montrer que les deux stratégies ne produisent pas le même éclairage et que le chercheur peut passer de l'une à l'autre.

[13] Pour une vue d'ensemble des critiques pendant cette période, voir Meltzer, Petras et Reynolds (1975). Les critiques féministes arriveront naturellement plus tard en raison de leur propre développement. Pour une vue d'ensemble, voir Parent (1997).

[14] Voir à ce propos la thèse récente de Brion (1995).
[15] Voir, entre autres, Schur (1984).
[16] Je laisse de côté ici les aspects proprement philosophiques de ce passage. Disons seulement que, pour Hegel, c'est la conscience servile qui, dans son développement, réalise vraiment l'indépendance ou l'émancipation et « elle la réalise dans les trois moments inséparables de la peur [primordiale], du service et du travail » (Hyppolite, 1946 : 168). La peur primordiale est la peur de vie et de mort et pas n'importe quelle peur. Le maître, par ses conditions de vie facile, s'élève tout de suite au-dessus de toutes les vicissitudes de l'existence, mais, alors, le tout de la vie ne s'est pas présenté à lui comme il s'est présenté à l'esclave. Pour Hegel, la conscience humaine « ne peut se former que par cette angoisse qui porte sur le tout de son être » (ibid. : 169). En plus, par le service particulier rendu au maître, la conscience de l'esclave se discipline et se détache de l'être-là naturel (ibid.). Enfin, le travail (on peut donner à cela un sens large qui dépasse le travail productif) transforme la servitude en volonté de changer le monde : « Le maître parvenait à satisfaire complètement son désir ; il parvenait dans la jouissance à la négation complète de la chose ; mais l'esclave [...] ne pouvait que transformer le monde et le rendre ainsi adéquat au désir humain. » (Ibid. : 169-170.)

[17] Harding (1987) distingue trois positions féministes sur le plan épistémologique : l'empiricisme féministe, le féminisme du point de vue des femmes (ou du parti pris des femmes) et les épistémologies de transition (transitional epistemologies) ou postmodernes. Je ne peux pas rendre compte de ces différences ici.
[18] La précision théorique relève, entre autres choses, du jugement que le chercheur doit porter sur la signification (théorique) des mesures empiriques qu'il prend. Dans le quantitatif, la controverse sur la signification des tests statistiques de signification constitue une illustration. Il y a ici un croisement de deux disciplines ou, comme le dit Bachelard (1938 : 214), de « deux précisions » : celle des mathématiques et celle de la discipline « substantive » du chercheur (sociologie, psychologie, etc.). Dans le qualitatif, ce jugement se fait dans la même discipline mais tient compte aussi des rapports entre les niveaux empirique et théorique. Mais la précision théorique concerne aussi le processus de généralisation (voir plus loin dans cet ouvrage mon article « Échantillonnage et recherche qualitative : essai théorique et méthodologique »).
[19] Il existe des recherches interactionnistes quantitatives, comme celles de l'école de l'Iowa (Meltzer, Petras et Reynolds, 1975) ou la recherche canadienne de Hogart (1971).